¿Qué pasará con el Anillo del Pescador de Benedicto XVI?

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Tras la renuncia del Papa, que se hará efectíva el 28 de febrero, lo más probable es que sea destruído. Sin embargo, al ser una situación "inédita" todavía no se sabe qué es lo que ocurrirá.

El Anillo del Pescador, que lleva el Papa y simboliza el poder pontificio, probablemente será destruido tras el 28 de febrero, día de la renuncia de Benedicto XVI, aunque como no se trata de una sucesión por muerte del Santo Padre expertos vaticanos están estudiando la normativa que mejor se ajuste.

Así lo explicó este martes el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, quien calificó como "inédita" a la situación que les toca vivir.

Lombardi subrayó, no obstante, que los objetos relacionados directamente con el ministerio de Pedro "tienen que ser destruidos", aunque dejó abierta la incógnita sobre el anillo.

El rito para elegir al nuevo Papa se inicia con la destrucción de su anillo, tal como indica la Constitución Apostólica de la Iglesia Católica conocida como "Universi Dominici Gregis"

Según el portal Lainformacion.com, que recoge información de Rome Reports, una vez que el Pontífice se convierta en el cardenal Joseph Aloisius Ratzinger, el próximo 28 de febrero, el protagonismo recaerá en Tarcisio Bertone.

El italiano, de 74 años, es el llamado cardenal Camarlengo (funcionario de la corte papal),
que tiene como primera labor destruir el anillo del Papa con un martillo, así como su sello oficial. Estas dos acciones tienen la finalidad de que nadie, en el entorno papal, pueda falsificar sus decisiones, siendo este hecho la demostración simbólica de la autoridad del Papa.

La siguiente tarea del cardenal Camarlengo será cerrar las puertas que dan acceso a los aposentos privados del Papa y lo hace ante los cardenales prefectos y el secretario de Estado.

Posteriormente, Bertone, como cardenal Camarlengo, comunicará la noticia de que ya no hay Papa a los dignatarios principales de la Curia romana, al Decano del Colegio de Cardenales y al Vicario General de Roma.

A partir de este momento, cuando se hace público que no hay Papa al frente de la Iglesia, comienza el periodo denominado Sede Vacante, donde tendrá que definir la fecha del cónclave que determinará la elección de una nueva autoridad.

Durante esta época, antes y hasta la designación del Papa, el cardenal Camarlengo desempeñará el cargo de jefe de Estado en funciones de la Ciudad del Vaticano, aunque no será un Pontífice en funciones.

Originalmente, las labores del cardenal Camarlengo es en primer lugar certificar la muerte del Papa llamándolo tres veces por su nombre y apellidos, además lo golpea con un pequeño martillo de plata en la frente. Estas acciones, debido a que se trata de una renuncia, quedan obviadas en esta ocasión y entre las características de esta sucesión, sólo resta saber qué resuelven los expertos sobre el futuro del anillo papal de Benedicto XVI tras el 28 de febrero.

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