La Justicia pidió confiscar la cuenta que Nisman tenía en Estados Unidos

Política

En el marco de la causa por supuesto lavado de dinero, el juez Rodolfo Canicoba Corral solicitó a Washington la incautación de los fondos que están en la cuenta que el fiscal fallecido tenía en el banco Merrill Lynch de Nueva York.

El juez federal Rodolfo Canicoba Corral pidió a Estados Unidos confiscar el dinero que está en la cuenta que manejaba Alberto Nisman en el banco Merrill Lynch de Nueva York en el marco de la causa en la que se investiga un supuesto lavado de dinero.

La decisión está basada en la investigación de los enormes movimientos de dinero que se produjeron, no sólo en esa cuenta, sino también en Uruguay, además del contenido de cuatro cajas de seguridad y propiedades en Palermo y en Punta del Este. Así lo publicó este lunes el diario Página 12.

Vale recordar que la semana pasada, el magistrado había declarado que "las cuentas no cierran por ningún lado y en Estados Unidos se investiga al fiscal Nisman por lavado de dinero y por sobornos."

Con el objetivo de profundizar la investigación, Canicoba Corral también ordenó las indagatorias de la madre del fiscal, su hermana y el informático Diego Lagomarsino. Todos ellos aparecerían como titulares de la cuenta, que en realidad era del fiscal fallecido.

En el listado de movimientos sospechosos apareció un nuevo nombre, el de Rodrigo Martín Ferreiros, que figura como titular de la empresa de Hong Kong Rodfa Limited, que le depositó 135.000 dólares a Nisman en la cuenta de Nueva York.

El equivalente a la Unidad de Información Financiera (UIF) de Estados Unidos, que se llama Fincen (Finantial Crime Enforcement Network, red de investigación de crímenes financieros) investiga a los titulares de la cuenta del Merrill Lynch porque los fondos podrían originarse "en lavado de dinero o sobornos".

Este último cargo impactó fuertemente en el juez, ya que el organismo norteamericano explicó que Nisman ocultó su carácter de fiscal y se presentó sólo como abogado. Además no figura como titular de la cuenta sino como apoderado, es decir que manejaba los ingresos y egresos, pero con la visible intención de ocultar su nombre, señala el matutino.

En los últimos días se descubrió que en la cuenta de Nisman se recibió un depósito de 150.000 dólares del empresario desaparecido Damián Stefanini. Por los diálogos que figuran en la causa por la desaparición de Stefanini, el empresario mantenía contactos telefónicos con hombres de financieras y cuevas. Una hipótesis respecto del depósito en el Merrill Lynch es que Nisman le entregó pesos en efectivo y Stefanini, con sus contactos en cuevas, transfirió el dinero a Nueva York. En ese caso, seguiría vigente la pregunta sobre el origen de la plata.

En declaraciones radiales, Canicoba dio a entender que la camioneta Audi Q5 era propiedad de Nisman y no de Claudio Picón, cuya empresa figura como titular del vehículo. "El poder otorgado a Nisman era muy amplio, amplísimo, como el que se le da a alguien cuando se le vende un auto", dijo el magistrado. A esto se suma que Picón también depositó 75.000 dólares en Nueva York y que figura como titular de uno de los departamentos del edificio de la calle Dorrego, en Palermo Hollywood, en el que Nisman, por supuesto que no a su nombre, tenía dos unidades y ya había aportado 1.200.000 pesos.

Por ahora, las piezas no encajan. Por un lado, hay fondos que parecen provenir de inversiones no declaradas del fiscal. Por ejemplo, una empresa llamada Vivaterra le depositó 50.000 dólares en la cuenta. Según las averiguaciones judiciales tendría que ver con inversiones en hostels para jóvenes en la Patagonia, principalmente en Bariloche. Hay depósitos que tienen fuerte olor a servicios de Inteligencia y enormes cantidades de dinero que, por ahora, no tienen explicación. Los terrenos en Punta del Este, los departamentos en la calle Dorrego, la camioneta Audi Q5, los siderales gastos en viajes y modelos no encajan, ni remotamente, con los ingresos de Nisman. A esto habría que agregar la misteriosa limpieza de cuatro cajas de seguridad, todas visitadas por la madre de Nisman, Sandra Garfunkel, en los días inmediatamente posteriores a la muerte del fiscal. En la causa ya figura la denuncia de que Nisman se quedaba con una parte de los sueldos de dos o tres de sus colaboradores, pero tampoco esa maniobra explica semejante acumulación económica.

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