La avalancha, en primera persona: "Estábamos desesperados por salir"

Sociedad

El show del Indio Solari en Olavarría colapsó y todo terminó en tragedia. Fueron más de 300 mil personas al show y dos murieron. Nadie pudo detener la avalancha. Ni el pedido desesperado del propio cantante.

El Indio Solari convocó a más de 300 mil personas en el predio rural La Colmena de Olavarría y lo que debía ser una fiesta se transformó en tragedia en un par de segundos. Con el show recién empezado, una avalancha de personas se desató sobre los primeros metros desde la valla hacia el inmenso campo y nada la pudo detener. Todo colapsó, dos personas perdieron la vida y el show quedó de lado.

Cuando el espectáculo comenzó, miles de personas se volcaron hacia el escenario en medio del barro y las 15 torres de sonido. Pero durante el tercer tema de show se paró todo, las luces se prendieron y el propio Solari pidió la atención médica de un grupo de personas que cayeron al suelo.

Todo ocurrió a pocos metros del escenario montado en el predio, sobre la izquierda del mismo. Y se escuchó: "¿Hay alguien desmayado?, ¿qué es lo que está pasando ahí? Hay gente en el piso, por favor. A ver la gente de seguridad. Calma, calma los que están atrás por favor". El pedido desesperado de Solari, que antes del show había alertado sobre la posibilidad de que se registrara algún tipo de problema, encendió la alarma.

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En ese mismo espacio, pero 20 metros a la derecha, decidimos con un grupo de amigos salir hacia un costado. Las luces llevaban prendidas algunos minutos, los gritos no frenaban y el show se mantenía interrumpido. Entendimos que algo malo había pasado. Pero el barro y la cantidad de personas que se agolparon dificultaron el escape. Fue desesperante. Estábamos ahí, a pocos metros, pero no sabíamos qué pasaba ni de qué manera ayudar.

El recital se reinició a los 20 minutos. Pero las miles de personas que estaban ahí entendieron todo sin ver nada. Ni en Jijiji -con Mi Perro Dinamita encajado sobre el final- el público se pudo sentir cómodo.

Después del egreso infernal generado por la mala organización del evento –fueron más de 300 mil personas salieron por la misma puerta-, llegó la mala noticia y la desesperación volvió. "Hay muertos", dijo uno. Y en cerca de dos horas llegaron al punto de encuentro los 25 chicos que me acompañaron.

La familia, los amigos y allegados llamaban de manera inútil para saber cómo estábamos. No había señal. Ninguno podía avisar que estábamos bien. Ni llamar a las otras personas que habían asistido al lugar.

El domingo fue todo desconsuelo durante la vuelta a casa. Tristeza. Impotencia. Dolor. Se podía ver en las caras de cada una de las personas que había amanecido en Olavarría. Para quienes se refugian en los recitales del Indio Solari, descargan bronca y se llenan de alegría, no hubo misa.



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