Padece una extraña enfermedad, lo discriminan y lo tratan de "espíritu maligno"
La situación es tan extrema que tuvo que dejar sus estudios y recluirse en una cabaña para que sus vecinos no lo acusen de ser un fantasma.
Los deseos de Reloj de convertirse en electricista quedaron truncos porque tuvo que dejar la escuela y su vista comenzó a fallar. Su madre lo dejó al cuidado de su abuela cuando tenía 12 años y hoy en día se la pasa escuchando la radio a falta de otra ocupación.
"Cuando era chico me gustaba ir afuera. La gente dice que soy un fantasma, ahora me quedo en casa. Mi sueño es curarme y tener un trabajo. Mi sueño es ser electricista", explicó el hombre, cuya enfermedad afecta a todo su cuerpo.
"Me duele la piel si me muevo mucho. Espero que la gente entienda que soy un ser humano como ellos", agregó.
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