Los cuidacoches ganan hasta 3.000 dólares por mes en las playas top de Uruguay

Sociedad

En José Ignacio, los "trapitos" se codean con famosos que dejan en sus manos desde Mercedes hasta Lamborghini.

Los cuidacoches ganan entre 2.000 y 3.000 dólares por mes en las playas uruguayas de José Ignacio, al tiempo que se codean con los famosos que dejan en sus manos desde Mercedes hasta Lamborghini.  

Hugo (56) era zapatero. Hoy es cuidacoche en José Ignacio y no se queja. Por el contrario: "Me va bien y me da para vivir", resume. Por día, en promedio, supera los $ 1.000. Y en días buenos, como los suele haber durante enero, saca más de $ 2.000. Es que está bien ubicado, y lo sabe. Desde hace 12 años trabaja como cuidador de autos de los clientes que van a almorzar o cenar al exclusivo parador La Huella, ubicado en el balneario top del Este.

"Acá estamos en un lugar especial, es distinto a cualquier otro. No se compara el trabajo", dice con timidez, mientras se acomoda el gorro marca Lacoste, igual que su remera. "Una vez, unos europeos me dejaron US$ 100 por cuidarle el auto", cuenta como algo natural.

En su trabajo como cuidacoche le tocó vigilar (y en algunos casos estacionar) el auto a figuras como Richard Gere, el conductor argentino Marcelo Tinelli, Adrián Suar y Guillermo Francella. "La televisión argentina, prácticamente, vino toda a almorzar o cenar acá. Me dejan la llave de sus autos y yo me encargo", afirma.

También ha manejado vehículos de anónimos que nada tienen que envidiarle a los famosos del Río de la Plata. Mientras habla busca en su celular hasta que encuentra lo que quiere. "Mirá, este soy yo con un Lamborghini. Acá estoy con una Ferrari, estos son de este año, se los manejé yo", dice con una sonrisa, y muestra fotos.

Sobre los famosos más amarretes, prefiere no dar nombres. "Normalmente, todos dejan su dinero, hay unos que son bravos, pero no los voy a nombrar. Tinelli deja buena propina, cada vez que viene me deja US$ 5, o $ 100. No está mal".

Si bien aclara que no anda cobrando, se molesta cuando vienen familias que pasan todo el día en la playa, y al irse dejan apenas $ 10. "Esta no es una zona como para eso. Tampoco le vas a cobrar, pero a veces, incluso, se molestan si va el cuidacoche a pedirle propina. Ahora, si en una de esas le tocaron el auto al maniobrar, o algo similar, arman un escándalo de aquellos, y ahí sí se acuerdan que existís".

Hugo dice que antes se dejaba más propina que ahora. "Está complicado este año, sobre todo por los argentinos, que les está costando largar los pesos", dice a El País.

"Antes un argentino te dejaba 10 pesos argentinos y eran casi $ 100 uruguayos. Hoy te dejan 10 pesos argentinos y apenas son $ 20 uruguayos. No es que ahora se pusieron más tacaños, es que están atravesando una realidad económica muy complicada".

Ramón, alias "el panza", es otro de los cuidacoches que trabaja en la zona del parador La Huella. Desde octubre hasta abril está allí todos los días. El resto del año trabaja en el Ta-Ta, de la ciudad de San Carlos.

"Empecé de casualidad. Estaba sin trabajo y un día pescando con mi familia en la laguna de José Ignacio, un policía que estaba ahí me dijo: `por qué no vas al faro a cuidar coches. Me quedé pensando y al otro día, el 8 de febrero de 1994, fui. Y acá estoy", recuerda Ramón apoyado en una camioneta Mercedes Benz.

En temporada, su día empieza a las 12 y termina a las cero hora del día siguiente. En ese tiempo, Ramón confiesa que hace más de $ 2.000 pero dice, con nostalgia, que "las propinas de antes" eran otra cosa. "Hace unos años ya, en una jornada de ocho horas te llevabas $ 4.000. Ahora voy a cerrar enero con unos US$ 3.000", dice sacando cuentas.

Ese dinero, asegura, le sirve para pagar las deudas de los préstamos que pidió durante el invierno. "Ya tengo US$ 1.500 apartados que son para pagar cuentas. Los otros me quedan para mí", larga con una sonrisa.

Por la zona en la que está, Ramón ya no se sorprende al ver famosos y cuenta que este año vio a Florencia de la V, Adrián Suar, Fito Páez y a Ezequiel "Pocho" Lavezzi, jugador de la selección argentina.

"El Pocho no me dejó nada. Cuando fui a buscarlo me dijo que los del auto de atrás me daban. Atrás de él venía una camioneta 4X4, con unos muchachos. Pero cuando me acerqué arrancaron y se fueron de vidrio cerrado", relata molesto y profundiza: "Hay montones así. Hay algunos que juegan en Europa, como él, y no te dan nada. Hay otros como Paolo Montero, que tiene casa en La Juanita, que te da siempre".

Otro de los beneficios de la zona es el trato con los paparazzi y la "comisión" que pueden ganar por pasar información. "A Fito Páez lo conozco bien porque él iba a una posada frente a donde yo trabajaba antes. Siempre salía a andar en bicicleta con Cecilia Roth y a veces venían y me dejaban las bicicletas pero me pedían que no dijera nada. El otro día pasó por acá, me conoció y paró para saludarme. Incluso me contó que estaba en la posada, de nuevo, después de cinco años".

Ramón también recuerda que habló con Paulina Rubio sin saber que era ella y que saludaba a Bruce Willis pensando que era un "pelado simpático". "Bruce Willis pasaba caminando con un tablón y decía `good morning`, y yo le levantaba la mano, pero ni cuenta me di que era él, para mí era un pelado grandote y simpático".

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