¿Qué implica entrar en default y qué consecuencias tendría para la Argentina?

Economía

El país depositó 593 millones de dólares para el pago de acreedores que ingresaron al canje pero el desembolso fue bloqueado por el juez Thomas Griesa en medio de la disputa con los fondos buitre. ¿Qué pasará ahora?

Un default supone, en esencia, una suspensión de pagos. Una entidad no dispone de liquidez suficiente para hacer frente al pago de la deuda que ha contraída con sus acreedores. En este caso, la entidad es un país y sus acreedores son los conocidos como fondos buitre.

La estrategia oficial fue seguir cumpliendo con sus obligaciones e incluso ya depositó los 593 millones de dólares para que los bonistas que ingresaron al canje puedan cobrar sus intereses. "Es el juez Thomas Griesa el que no autoriza el cobro", explican fuentes oficiales.

Los acreedores, en este sentido, debían recibir el pago al 30 de junio pero éste fue bloqueado por el juez norteamericano por la disputa que Argentina mantiene con los holdouts. Hoy, vencido el periodo de gracia de 30 días, el país entró en un default.

Algunas de las consecuencias más directas que implican un default serían:

- Se elevaría el nivel de incertidumbre. Esto constituye el principal enemigo de la economía real y los mercados vía mayor deterioro del grado de confianza de los consumidores, inversores y empresarios.

Resultado: Caída en los niveles de actividad, presión sobre el mercado cambiario informal e inestabilidad en el sistema financiero doméstico (con probable retiro de depósitos).

- Máxima dificultad para acceder al mercado internacional de capitales. Las provincias encontrarían problemas para financiar su déficit presupuestario con préstamos obligando al Gobierno a recurrir a mayor emisión monetaria. Además, grandes empresas privadas (YPF, por ejemplo) tampoco podrían recurrir al financiamiento internacional.

Resultado: Aumento de las presiones inflacionarias.

- Cierre de mercado de préstamos para el comercio exterior. Pérdida parcial de la prefinanciación de exportaciones y del financiamiento de las importaciones.

Resultado: Caída de nuestros envíos al exterior y de nuestras importaciones, con un claro impacto negativo sobre los niveles de actividad.

- Posible incremento de fuga de capitales por incertidumbre del escenario económico. Esto generaría más presión sobre el mercado cambiario y las reservas.

Resultado: Exacerbación de la demanda sobre el mercado informal, con la consiguiente tendencia a una ampliación de la brecha.

- Reducción de la Inversión Extranjera Directa a niveles mínimos. Paralización o demora de proyectos actualmente en desarrollo.

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