Vélez rompió la racha negativa y goleó a Olimpo en Liniers

Deportes

Vélez Sarsfield cortó una sequía de seis fechas sin victorias al golear como local a Olimpo de Bahía Blanca por 4-1, por la 11° fecha del certamen local.

El equipo de José Flores encaminó el triunfo con tantos de Sebastián Domínguez (20m.) y Brian Ferreira (22m.) en el primer tiempo y aseguró el resultado en el segundo con un golazo de Lucas Pratto (23m.) y otro del ingresado Ramiro Cáseres (42m.).

Olimpo (8), cuyo descuento lo consiguió Adrián Martínez (46m.PT) tras un grosero error de Fabián Cubero, permanece sin ganar fuera de Bahía Blanca (cuatro derrotas y dos empates).

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Vélez, que arrastraba la misma racha en las últimas seis jornadas, sumó 17 unidades y se acomodó a cinco del líder invicto, River Plate, que visitará a Newell's Old Boys de Rosario.

Sin derroche de fútbol pero con un Pratto deslumbrante -sumó seis en el torneo y quedó a dos de los máximos anotadores: Teófilo Gutiérrez (River) y Federico Mancuello (Independiente)-, Vélez construyó desde la primera parte una victoria inapelable.

Cuando poco pasaba en el partido, en una ráfaga de dos minutos, el equipo local sacó una ventaja parcial de 2-0 con un cabezazo de Domínguez y una definición de Ferreira cara a cara con Nereo Champagne.

Olimpo se mantuvo a tiro en el partido sólo por el error de Cubero, que intentó controlar un pelotazo que lo superaba y le dejó la pelota servida a Martínez para que definiera ante la salida del arquero uruguayo Sebastián Sosa.

En el segundo tiempo, Pratto se lució con un andar imparable por todo el frente ofensivo. A los 3 minutos, fue víctima de un penal no sancionado por Carlos Maglio y a los 23 aseguró la victoria en una jugada que inició en mitad de cancha y que, tras combinar con Milton Caraglio, cerró con un control de pecho y un derechazo alto frente a la impotencia del arquero.

El Oso también tuvo participación en el cuarto y último gol, que anotó Cáseres de volea al ángulo derecho tras un desborde del lateral Matías Pérez Acuña cuando Vélez manejaba el juego a placer frente a un rival que llegó a Liniers sin argumentos futbolísticos para merecer otro destino que la derrota.

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