Pintar el cordón de amarillo: una avivada porteña que no se multa

Sociedad


  • Sobran autos y faltan garajes, entonces los vecinos se hacen su lugar en la vereda a pesar de que está prohibido por el Código de Tránsito.
  • Pero el dilema se plantea a la hora de castigar esta infracción: como no figura en el actual Código de Faltas, no se pueden poner multas.


“Total, no pasa nada”, deben pensar los dueños de comercios y casa particulares mientras pintan de amarillo el cordón de la vereda para reservarse un espacio para estacionar.

Es cierto que cada vez hay más coches y menos garajes y también es cierto que pintar el cordón de amarillo está prohibido por el Código de tránsito, pero como esta prohibición no tiene respaldo en el Código de Faltas y, por lo tanto, no se pueden aplicar multas, la “avivada” va tiñendo de amarillo la Ciudad.

Los cordones pintados de amarillo indican que está prohibido estacionar en ese sitio durante las 24 horas, pero la Dirección de Tránsito es la única que está autorizada a señalar estos espacios con la brocha.


A pesar de que la Dirección de Tránsito es la única autorizada para pintar cordones, los vecinos se toman la atribución para reservarse un lugar para estacionar.    


Cuando un vecino se toma esta atribución y alguien de la Dirección de Tránsito lo descubre, avisa al CGP para que le notifique al dueño de la propiedad que debe despintar el cordón. Si el vecino no lo hace, el Gobierno de la Ciudad se ocupa del trabajo. De esa forma, la infracción genera un gasto para el Gobierno, pero no para el infractor, que no debe pagar multa ni tomarse el trabajo de retirar la pintura amarilla.

Toda una paradoja que enciende una luz roja en relación al tránsito en la Ciudad.

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