Asistencia perfecta durante 13 años

*Concurre al Instituto Emanuel de Oberá (Misiones). "No faltó ningún día a clase y nunca llegó tarde", afirman desde la institución. Es un excelente estudiante y lo eligieron como mejor compañero de su curso.

Misiones, Oberá (territoriodigital.com) César Schweikofski (17) es un pibe fuera de serie, ya que logró un mérito que roza la hazaña: en trece años -es decir, desde que ingresó al jardín de infantes hasta que egresó del secundario- no faltó al colegio ni llegó tarde ni una sola vez tarde.
Pero no sólo tuvo asistencia perfecta, sino que culminó el polimodal con uno de los mejores promedios de su curso y fue escolta de la bandera de Misiones, atributo que premia a los mejores compañeros.

En el Instituto Emanuel de esta localidad, donde cursó todos sus estudios, los alumnos de 3º polimodal no tienen educación física; pero qué hizo César, le pidió un permiso especial al rector para hacer deportes con los chicos de 2º, actividad a la que tampoco faltó en ninguna oportunidad.
Incluso, como ya aprobó todas las materias, desde esta semana ya no tiene la obligación de ir al colegio, pero igual está yendo para apoyar a sus compañeros que están de recuperatorio.



Estas actitudes, espontáneas y sinceras, despiertan la admiración de sus pares y docentes. 
“Nunca falté ni llegué tarde porque me siento muy bien en el colegio, me encanta venir y disfruté cada día”, aseguró el joven en diálogo con El Territorio.


De todas formas, reconoció que tamaña constancia le exigió esfuerzos, y sus padres más de una vez habrían preferido que falte. “Muchas veces vine enfermo: en mi casa querían que me quedara, pero yo disimulaba las molestias y venía igual”, recordó con una orgullosa sonrisa. Y alguna vez, como llovía, se hacía tarde y el remís no llegaba, tuvo que ir corriendo al colegio.

Ejemplo notable


César es un pibe atento, simpático y maduro, se nota que tiene ideas claras y sabe lo que quiere, como que el próximo año se irá a Córdoba para incorporarse a Gendarmería Nacional. Después irá a la Escuela de Oficiales, en Buenos Aires. “Mi abuelo era gendarme y siempre me gustó esa carrera”, dijo convencido.



Las voces en el patio se van apagando y reflexiona: “Ahora que estoy terminando el colegio me doy cuenta de que esto no se va a repetir, fue una experiencia que marcó mi vida y nunca se borrará de mi corazón”. “Me llevo muchas cosas, de mis compañeros y de los docentes -reflexionó-. El colegio me fue formando como persona y me incorporó valores”.



Ya pensando en un futuro más lejano, ¿qué les dirá a sus hijos si un día quieren faltar a la escuela? “Voy a hacer lo que hicieron mis padres conmigo. Bajo mi responsabilidad, que hagan lo que les hace sentir bien y si están enfermos no los voy a obligar a que vayan”, señaló comprensivo.



Por su parte, el rector del Instituto, Daniel De Paula, se mostró orgulloso de tener un alumno con tales cualidades. “Siempre me sorprendió la responsabilidad de César. Por ejemplo, estos días no tiene que venir pero igual lo hace para apoyar a sus compañeros”, afirmó. Además, ratificó que el joven nunca faltó ni llegó tarde, como consta en los registros de la institución.


 


Enviado por Daniel de Paula.

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