Cómo era la historia de "La Sirenita" antes de Disney

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Disney conquistó al público infantil con su película animada y esta semana mostró el primer tráiler de la actuada, pero, ¿de dónde viene la historia?

Hay un rincón en el paseo de la costa Langelinie, en la bahía del Puerto de Copenhague, capital de Dinamarca, que atrae a miles de turistas todos los días a todas horas. Su atractivo es una estatua de una mujer hecha en bronce por el escultor Edvard Eriksen en honor al cuento del autor danés Hans Christian Andersen.

La popularidad de la Sirenita como personaje no depende sólo a su estatua en Copenhague, sino también a la película animada que Disney lanzó en 1989, que está basada en el cuento que Andersen publicó en 1837.

Esta semana Disney revivió el cuento de la Sirenita al difundir el tráiler de la versión actuada por humanos, cuyo elenco está liderado por Halle Bailey, de 22 años, en una actuación que ya empezó a cosechar elogios.

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Pero la historia de Ariel, la hija menor del rey del mar, varía bastante entre el relato de Andersen y la versión de Disney. Para empezar, en las películas no aparece la abuela de las princesas, que en el texto es la encargada de criarlas para ayudar a su hijo viudo.

También hay discrepancias en los términos del contrato que Úrsula, la bruja mitad pulpo, le hace firmar a Ariel para darle las piernas que le permitan acercarse a su príncipe humano: lo que está en juego es la mismísima existencia de la Sirenita, no sólo su libertad.

"Cada día aumentaba el afecto que por ella sentía el príncipe, quien la quería como se puede querer a una niña buena y cariñosa; pero nunca le había pasado por la mente la idea de hacerla reina; y, sin embargo, necesitaba llegar a ser su esposa, pues de otro modo no recibiría un alma inmortal, y la misma mañana de la boda del príncipe se convertiría en espuma del mar", se lee en el texto de Andersen.

Torcer su naturaleza de sirena fue un dolor para Ariel desde el primer día, no sólo por no poder cantar más sino también porque sentía como si millones de espadas atravesaran sus piernas en todo momento. Pero "aunque sus delicados pies sangraban y los demás lo veían, ella seguía a su señor sonriendo", describió Andersen.

Las cosas no se ponen mejor para la Ariel de tinta: el príncipe nunca la reconoce como la criatura que lo salvó de morir en un naufragio y, a pesar del cariño que le tiene como pupila, decide casarse con otra mujer.

En un último intento por salvar a su hermana, las otras princesas le entregan sus cabelleras a Úrsula a cambio de una daga con la que Ariel debe matar a su amado para luegovertir su sangre en sus piernas y recuperar así su cola de pez -y su vida como sirena-.

Pero Ariel no lo hace. En vez, y muy por el contrario de la tradición de Disney con sus grandes casamientos y finales felices, la Sirenita contempla su destino por última vez durante la noche de bodas de su amado (que tiene un momento de lucidez y se da cuenta de su error), y luego se vuelve espuma de mar.

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