Incidentes en Bariloche entre policías y vecinos

Apareció con un balazo tras una protesta de vecinos por el asesinato de un chico de 15 años en manos de un suboficial de la Policía. Los vecinos atacaron a piedrazos la comisaría y al Intendente, y los efectivos contestaron reprimiendo.

Un hombre de 29 años murió hoy y al menos otras diez sufrieron heridas, algunas de ellas de bala, durante una represión policial ejercida contra habitantes del barrio Boris Furman, en la ciudad de Bariloche, que protestaron tras el asesinato de un adolescente por parte de un efectivo policial que quedó detenido.

La reacción popular se dio durante la mañana y se extendió durante toda la jornada con diferentes enfrentamientos en las calles entre vecinos y policías, mientras el intendente de Bariloche, Marcelo Cascón, consideró que la situación en la zona Alta de la ciudad estaba "desbordada".

La directora del Hospital Zonal Ramón Carrillo, Susana Rodríguez, confirmó al portal ANBariloche el fallecimiento del hombre, cuya identidad no trascendió, víctima de una herida de bala, y detalló que otra persona fue operada y se encuentra en grave estado.


 


El crimen del adolescente ocurrió a las 4,40 en una plaza de Otto Goedecke y Ossés, en el barrio Boris Furman, en los suburbios de Bariloche, a donde concurrieron efectivos de la Comisaría 28, alertados por una supuesta denuncia de robo. 


 


El jefe de esa unidad, comisario Jorge Carrizo, informó a la agencia Télam que al llegar a la calle Ossés se encontraron con varios jóvenes, que en cuanto los vieron salieron corriendo. 


 


En ese momento, los policías siguieron a los jóvenes hasta la plaza del barrio, donde un suboficial baleó a Diego Alexandre Bonefoi, quien murió poco después.


 


 


El jefe de la Unidad Regional III, comisario mayor Argentino Hermosa, aseguró que "según versiones de testigos el policía habría alcanzado a Bonefoi y forcejeó con él, cuando se le escapó un tiro". 


 


A su vez el juez Martín Lozada llegó al lugar inmediatamente y dispuso la detención del cabo implicado -cuya identidad no fue suministrada-, el secuestro de su arma reglamentaria y la de sus compañeros, y las pericias técnicas. 


 


Lozada informó que también ordenó para todos los efectivos que intervinieron en el hecho pruebas de "dermotest" -que detecta pólvora en las manos de quien efectuó disparos de arma de fuego-, y dispuso la realización de la autopsia del cadáver del joven. 


 


Apenas trascendió esta noticia en el barrio, mientras jugaba Argentina con Corea del Sur en el Mundial de fútbol de Sudáfrica, familiares y amigos del chico muerto se concentraron en inmediaciones a la Comisaría 28 y la atacaron a pedradas. 


 


La policía debió enviar al lugar refuerzos de otras unidades y de la brigada antimotines BORA para dispersar a los manifestantes, no obstante volvieron a registrase incidentes. 


 


Los manifestantes arrojaban piedras y otros elementos y los uniformados respondían con gases lacrimógenos y disparos de escopeta con perdigones de goma, aunque testigos aseguran que también se habrían usado perdigones de acero. 


 


El padre del chico muerto, Sandro Bonefoi, dijo que se enteró de la muerte de su hijo durante el partido entre Argentina y Corea del Sur, cuando comenzaron los incidentes frente a la Comisaría 28, situada frente a su vivienda. 


 


"Yo no sé si ese policía tiene hijos, pero a mí me quitaron un hijo", expresó el hombre, quien agregó que "siempre la policía anda molestando a los chicos". Defendió a su hijo asegurando que "no era malo", dijo que anoche "andaba con algunos amigos" y aseguró ignorar "por qué le dispararon". 


 


A su parte, José Luis Calfulef, tío del chico muerto, aseguró que la policía le disparó a su casa cuando se enfrentaba con los manifestantes y mostró heridas de perdigonadas en su rostro. 


 


Calfulef indicó que estaban "mirando las corridas en la calle por una ventana del primer piso", cuando los policías le dispararon, rompieron los vidrios e hirieron a él y a un hermando de la víctima, Fabio Bonefoi. 


 


También mostró impactos de perdigones en el marco de la ventana y las paredes del dormitorio. "Tiraron sin asco para adentro de la casa", expresó indignado. 


 


La policía mantenía esta tarde una fuerte defensa de la seccional, en tanto los jefes evaluaban la posibilidad de pedir ayuda a Gendarmería Nacional, en especial para evitar disturbios graves durante la noche.

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