Continúa el misterio de "Las médicas del espacio" y la única heredera ya inició los trámites

Sociedad

Las hermanas Ada y Ana Azategui conocidas como "Las médicas del espacio" siguen sin aparecer a casi un mes de que fueran vistas por última vez en su campo en el paraje El Quebracho, entre Embalse y Almafuerte, en Córdoba. La única heredera del predio ya habría iniciado el trámite judicial para administrar esas tierras y los animales que poseían.

Desde la Fiscalía de los tribunales de Rio Tercero, a cargo de Andrea Heredia Hidalgo, se consignó al diario La Voz del Interior que la búsqueda continúa, aunque ya no en el campo donde se concentraron los primeros y principales esfuerzos hasta días atrás.

Según se indicó, se han ordenado varias diligencias y hasta se pidió a medios de todo el país la difusión de fotos de las desaparecidas.

Los bomberos ya no buscan con sus perros de rastreo, ni tampoco quedó una consigna policial en la modesta casa de campo que habitaban.

En esa línea, se confirmó desde la Fiscalía que se entregó el inmueble a la familia de las desaparecidas.

Ana, de 65 años, y Ada, de 68, eran solteras y sin hijos. Tenían tres hermanos: Paulino vivía con ellas hasta que falleció por una enfermedad, con 76 años, pocos días antes de que ambas dejaran de ser vistas. Otro hermano murió hace ya muchos años y la quinta es una mujer que fue quien hace un mes denunció las desapariciones al comprobar que no estaban en su hogar.

Herencia

En Tribunales se confió que la única heredera del campo ya habría iniciado el trámite judicial para administrar esas tierras y los animales que poseían las ahora desaparecidas.

Desde el inicio del caso resultó llamativo que la vivienda fuera hallada, ya sin moradores, sin cerrar con llave y en orden. Varios testimonios recogidos por los investigadores entre vecinos y conocidos de las hermanas, son coincidentes: ambas aseguraban en forma cotidiana que hacía unos 20 años que no salían de ese campo, salvo en situaciones muy extraordinarias, como para un acto electoral.

Sólo Paulino solía salir en su viejo autor Rambler a comprar provisiones, un par de veces al mes, a la vecina localidad de Embalse.

En ese marco, casi todos los testigos dijeron no creer que se hayan ido por su cuenta.

La Justicia sigue varias pistas, aunque no aparecen sospechas firmes por ahora. Ni siquiera, para tener certezas de si pudieran estar con vida o no. La ausencia total de rastros es notable.

Las hermanas no cobraban dinero alguno por su tarea de intermediación. Quienes las consultaban les dejaban sólo alimentos no perecederos. En el campo no se hacía agricultura y había ganado vacuno pero que no era comercializado por la familia. Un dato más suma misterio a la historia: sólo había allí vacas de color blanco, según confirman vecinos, conocidos y pesquisas del caso.

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