Para asegurarse el resultado de muerte la asfixiaron con una remera. Luego, los homicidas brutales y despiadados, se encargaron de robar lo que encontraron a su paso, entre otras cosas la cartera de la víctima y una computadora portátil.

El asesinato ocurrido el 11 de julio de 2012 causó conmoción e impacto, no sólo por la violencia aplicada para matarla sino porque Keszler además de médica pediatra era militante del partido Unión Celeste y Blanco que por entonces comandaba Francisco De Narváez.

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La investigación llevada adelante por la Fiscalía 2 de Florencio Varela determinó que hubo un entregador para asaltar a la docente. Según la instrucción, por lo menos un hombre y una mujer consumaron el ataque demencial.

La clave para llegar a la sospechosa fue que tras el crimen vendió la computadora robada a la víctima.

Los investigadores siguieron el camino de esa transacción e identificaron a la principal acusada: María de Los Ángeles Panizza Ferreira.

También fue fundamental el entrecruzamiento de los llamados telefónicos que ubicaron a la sospechosa en el lugar del crimen a la hora del homicidio.

En su perfil de Facebook, la acusada se mostraba como seguidora de San La Muerte. Es más, en su nuca se había tatuado esa palabra.

A tres años del homicidio, el Tribunal Oral 3 de Quilmes condenó a Panizza Ferreira a 15 años de cárcel por el delito de homicidio en ocasión de robo.

En la causa aún falta juzgar al presunto entregador que era un vecino de la víctima.

A Keszler la mataron para robarle una computadora . Esa computadora fue la prueba basal para ubicar y condenar a la sospechosa del crimen.

La médica es recordada por los empleados de las salitas de primeros auxilios de la zona. Se encargaba de enseñarle a las madres primerizas del barrio cómo cuidar a los recién nacidos.

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