Las nuevas tecnologías, en ayuda de los refugiados

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Los refugiados deben a menudo aprender idiomas y legislación, buscar empleo, salvar diferencias culturales, estudiar y tratar con la burocracia local, retos en los que puede ser clave algo que ya llevan en el bolsillo: su teléfono móvil.

Decenas de ONG humanitarias, expertos y empresas tecnológicas defendieron esta semana en un congreso en Berlín la urgencia de aprovechar, ante el desafío que supone la crisis de los refugiados, el enorme potencial de las nuevas tecnologías en general y de los dispositivos móviles en particular.

"El móvil es para los refugiados su compañero más importante y a menudo lo único que llevan consigo además de su ropa", aseguró Thomas Silberhorn, secretario de Estado de Cooperación y Desarrollo alemán al inaugurar el congreso ICT4Refugees (tecnologías de la información y la comunicación para los refugiados).

Por eso, abogó por emplear los smartphones como "canal directo" para hacerles llegar "información y ofertas de formación", ya que los medios de comunicación tradicionales no les llegan.

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En el congreso se destacaron apuestas con buena acogida como la de la empresa siria Elmedresa, una plataforma de internet que ofrece formación escolar, vídeos educativos y material infantil en árabe para refugiados.

También se aplaudió la iniciativa del portal de cursos gratuitos online Edraak, que está especializado en educación superior, también en árabe, para refugiados.

En el ámbito del empleo, el consultor Lucas von Zallinger apuntó en la cita berlinesa que uno de los principales problemas de los países que acogen refugiados es conocer realmente el perfil académico de los peticionarios de asilo. No obstante, se mostró optimista ante la posibilidad de incorporar a los refugiados a los mercados laborales de sus nuevos lugares de residencia y consideró este paso vital para su integración.

A su juicio, los peticionarios de asilo son empleables en puestos de trabajo de atención telefónica multilingüe, en las artes gráficas o en servicios de traducción.

En este contexto, Paula Schwartz, de las empresas emergentes Startupboat y StartupAID, puso de relieve la necesidad de que las organizaciones y empresas que apoyan a los refugiados sean flexibles y pragmáticas a la hora de lidiar con la legislación de cada país, ya que esta se encuentra en proceso de cambio y adaptación a las nuevas realidades.

Las nuevas tecnologías pueden incluso emplearse para la asistencia directa de refugiados, como aseguró en el congreso el ponente Gökhan Erkutlu, que abogó por incluir dispositivos electrónicos en las cajas de ayuda humanitaria o por comunicarse con los refugiados por mensajes de telefonía SMS o a través de la aplicación WhatsApp.

Andrew Lamb, por su parte, llegó a proponer la impresión en 3D de elementos constructivos para las infraestructuras de los campos de refugiados, con lo que se eliminarían los problemas y costes de transporte y almacenamiento. Para poder desarrollar su actividad, las incipientes empresas tecnológicas que tratan de ayudar a los refugiados reclamaron apoyo para afrontar las dificultades con las que topan en su día a día.

En concreto, varios de los ponentes destacaron sus problemas en la búsqueda de financiación y las trabas legales a las que se enfrentan, en especial en todo lo relativo al mercado de trabajo, de las restricciones para refugiados a los permisos de empleo.

Europa vivió el año pasado su mayor crisis migratoria desde la II Guerra Mundial y sólo a Alemania llegaron 1,1 millones de personas con la intención de solicitar asilo.

Según Naciones Unidas, en la actualidad unos 60 millones de personas se vieron forzados en todo el mundo a abandonar sus hogares, de los cuales unos 20 millones son refugiados.

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