Papelón: el tirador atrincherado que no estaba ni atrincherado ni armado
Un mega operativo policial alteró el jueves pasado la vida del barrio de Chacarita. Durante más de cuatro horas un cardiólogo se había supuestamente atrincherado tras disparar desde su casa. Todos los medios presurosos se hicieron eco de la noticia del momento. Pero finalmente nada fue lo que parecía.
El protocolo ordenaba acordonar la zona, evacuar a posibles víctimas, cortar la luz y gas en la zona y alterar la vida de todo el barrio. La situación lo ameritaba. Después de varias horas de infructuosos intentos de comunicación con el tirador atrincherado la tropa de élite del GEOF hizo lo que mejor sabe, tiró la puerta abajo, lanzó al interior de la vivienda una granada aturdidora y redujo al tirador.
El tirador, un cardiólogo, no opuso la menor resistencia.
Es que el tirador nunca había estado atrincherado ni había tirado nada. En su departamento no había armas y sólo estaba encerrado en su casa, con ganas de descansar y no atender el teléfono para hablar con nadie.
El tiro pudo haber sido una silla que se cayó al piso y el tirador atrincherado, sospechado finalmente sólo de haber hecho ruido fue llevado una vez detenido al Hospital Tornú para que fuera evaluado su estado de salud.
Los vecinos ya más tranquilos, justificaron su paranoia: que el cardiólogo era raro, que le temían, que ya había habido otros episodios.
Más tranquila también con el feliz desenlace y el buen rating logrado, la tele se olvidó rápidamente de lo sucedido ayer, nada dijo hoy de su furcio y pasó al siguiente tema.
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