La estrategia del Gobierno para espiar a ex funcionarios
La Agencia Federal de Inteligencia puso en marcha un artilugio para investigar a su ex titular Oscar Parrilli. Con la ayuda de la Justicia, logró una autorización para escuchar las conversaciones con Cristina, que luego fueron divulgadas en algunos medios.
Luego de cuatro meses, la jueza archivó el caso porque no encontró pruebas de nada y ordenó destruir todo el material de inteligencia, audios y transcripciones, pero las conversaciones de Parrilli llegaron intactas a algunos medios.
El espionaje de 2016 se continuó luego de junio a septiembre en otra causa: la que investiga si Parrilli protegió a Esteban Ibar Pérez Corradi. Esa escucha fue on line, es decir que no fue grabada sino que había agentes de la AFI, en un box, escuchando en directo lo que decían Parrilli y Cristina.
El método de escucha directa se utiliza en casos graves como los secuestros, en los que hay que actuar de inmediato. En el expediente instruido por Lijo no había ninguna urgencia, porque Pérez Corradi ya estaba detenido.
Lo cierto es que los políticos son escuchados por el Gobierno con cualquier excusa sobre la base de causas artificiales y luego se difunden ilegalmente.
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