Paro docente: la Iglesia se mostró "preocupada" por la "escalada de confrontación"

Política

Reclamó al gobierno de Macri "un esfuerzo máximo" para alcanzar "un acuerdo razonable que satisfaga a las partes". A los gremios de los maestros, en tanto, les sugirió "ceder un poco" en sus reclamos.

La Iglesia sigue con preocupación la puja entre el Gobierno y los gremios docentes, atada a la pérdida adquisitiva del salario, la inflación, el paro nacional, la política laboral y la decisión de la administración de Mauricio Macri de no convocar a la paritaria nacional.


La Iglesia atribuyó la profundidad del conflicto docente a la falta de diálogo entre las partes involucradas, y no tanto a intencionalidades políticas y de coyuntura de los actores. También al hecho de no haber agotado todas las instancias previas a la "ruptura".

"Preocupa la escalada de la confrontación, violencia verbal, porque aleja toda posibilidad de solución", advirtió el presidente de la Comisión Episcopal de Educación Católica, monseñor Eduardo Martín, al ser consultado por la agencia DyN sobre la disputa salarial.
El prelado rosarino sostuvo que el diálogo es "clave" para poder alcanzar "un acuerdo razonable y que satisfaga a las partes", sobre todo en un conflicto que tiene a niños y adolescentes de por medio.
En este sentido, monseñor Martín consideró que las autoridades políticas deben hacer un esfuerzo máximo para "dar lo que más se pueda" y los gremios docentes "ceder un poco" en sus reclamos, para destrabar las negociaciones y que los escolares puedan volver a las aulas.
Otros obispos argumentaron, por su parte, que hay que poner todos las alternativas sobre la mesa, incluso sopesar los pro y los contra de un llamado a la paritaria nacional. Instancia de negociación que motivó la medida de fuerza de 48 horas de los gremios de maestros con representación federal. Pero esa posibilidad fue descartada de plano por el ministro de Educación de la Nación, Esteban Bullrich, al asegurar que convocar a la paritaria salarial docente "no destrabará nada", porque su cartera no paga salarios ni tiene escuelas a cargo.
El único que salió del cuadro de la prudencia al hablar del conflicto docente y tomó partido, fue el arzobispo de La Plata, monseñor Héctor Aguer, quien consideró "inconcebible" que los educadores hagan paro y les reclamó que busquen maneras "ingeniosas" para protestar y reivindicar sus derechos.
"En nuestro país, los sindicatos toman a los escolares de rehenes, y exhiben un apego a principios dialécticos de relación con el poder que ignora que la ciencia política los ha dejado atrás hace décadas", aseveró este viernes en una misa por el inicio del ciclo lectivo en la provincia de Buenos Aires.
Precisamente el distrito que este viernes impuso la conciliación obligatoria a los docentes por el paro convocado por los sindicatos nacionales, luego de que los maestros rechazaran una propuesta "mejorada" con una suma no remunerativa a cuenta de incrementos salariales, medida que los gremios consideraron ilegal.

En este contexto de conflictividad, tampoco pasó desapercibida la intención elegida para marzo por la Conferencia Episcopal Argentina y publicada en las redes sociales: "Para que quienes están involucrados en la educación de los argentinos formen en valores y desarrollen en cada uno las virtudes cívicas que conforman una red de compromisos estables".
¿Gobiernos y sindicalistas estarán en ese camino? O como supo advertir Jorge Bergoglio en 2008, en medio de un conflicto entre el gobierno de Mauricio Macri, hoy presidente, y los gremios docentes porteños: los alumnos son "rehenes de las contradicciones de los mayores".

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