Perdió la memoria de un pelotazo y la recuperó escuchando a La Mona Jiménez
César sufrió un accidente jugando al fútbol hace 10 años. Estuvo 45 días amnésico y un himno de La Mona, lo trajo de vuelta. Una década después de ese hecho, sigue jugando al fútbol.
Era abril de 2007 y el Recreativo Elenense se enfrentaba al Flitz Simon. En un momento del encuentro, Nicolás Gigena golpeó con fuerza al balón, pero la nunca de Torres se interpuso en su trayectoria. Instantes después, Torres yació en el suelo sin saber qué ocurrió, dónde estaba o quiénes eran todas esas personas vestidas de corto.
Lo revisaron, le hicieron estudios y lo diagnosticaron con amnesia, por la hinchazón en la corteza cerebral, según publicó el diario La Nación.
A los pocos días, Torres intentó continuar con su vida, una vida que solo conoció gracias a lo que le contaron sus padres. Teresa le había dicho que llevaba tres años trabajando en una fábrica, al cual trató de reincorporarse.
Mientras intentó bajar la hinchazón a base de aplicar hielo con la fe de recuperar algún día la memoria, la vida cotidiana de Torres se convirtió en un nuevo comienzo: entre idas y venidas al neurólogo, el joven aprendió cómo se come, qué es el mate y redescubrió Embalse, su pueblo natal. Los familiares y amigos se esforzaron en ayudarle, sin éxito. Lo único que les quedó es paciencia y la confianza en los médicos que aseguraron que, tarde o temprano, César se recuperaría.
El 7 de junio, 46 días después del fatal incidente, Torres se fue a la cama a echarse su rutinaria siesta, con la radio como único acompañante para amenizar las horas. Y ahí sonó una canción de La Mona Jiménez. "Paloma Loca", que empezó a cantar completa, en ese momento se dio cuenta que estaba en la casa de sus padres, que nada le gustaba más que jugar al fútbol y todo lo demás.
Su corteza cerebral se había terminado de deshinchar y comenzó a recordar todo: que se llama César Torres, que se encuentra en la casa de sus padres y que ama el fútbol y a su Córdoba natal. De acuerdo al diario La Nación, César sigue jugando en la actualidad y no le queda ninguna secuela del golpe. Ahora lo hace para Náutico Rumipal, el clásico rival de su querido Fitz Simon.
Mientras intentó bajar la hinchazón a base de aplicar hielo con la fe de recuperar algún día la memoria, la vida cotidiana de Torres se convirtió en un nuevo comienzo: entre idas y venidas al neurólogo, el joven aprendió cómo se come, qué es el mate y redescubrió Embalse, su pueblo natal. Los familiares y amigos se esforzaron en ayudarle, sin éxito. Lo único que les quedó es paciencia y la confianza en los médicos que aseguraron que, tarde o temprano, César se recuperaría.
El 7 de junio, 46 días después del fatal incidente, Torres se fue a la cama a echarse su rutinaria siesta, con la radio como único acompañante para amenizar las horas. Y ahí sonó una canción de La Mona Jiménez. "Paloma Loca", que empezó a cantar completa, en ese momento se dio cuenta que estaba en la casa de sus padres, que nada le gustaba más que jugar al fútbol y todo lo demás.
Su corteza cerebral se había terminado de deshinchar y comenzó a recordar todo: que se llama César Torres, que se encuentra en la casa de sus padres y que ama el fútbol y a su Córdoba natal. De acuerdo al diario La Nación, César sigue jugando en la actualidad y no le queda ninguna secuela del golpe. Ahora lo hace para Náutico Rumipal, el clásico rival de su querido Fitz Simon.
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