Un ejemplo: el preso que hace juegos didácticos y los dona a jardines de infantes

Sociedad

Un detenido de la Unidad Nº 17 de la localidad bonaerense de Urdampilleta construye rompecabezas y juegos didácticos para donarlos a Jardines de Infantes de la zona. La directora de uno de los establecimientos educativos lo sorprendió con una sentida carta de agradecimiento.

Se trata de Gastón Maximiliano Valdez, de 30 años, quien está alojado en el sector de "Casas por Cárceles" de la localidad bonaerense y utiliza madera para armar y pintar rompecabezas de nueve piezas y juegos didácticos. En el contexto de encierro aprendió varios oficios y tiene el proyecto de encarar un microemprendimiento de talabartería.

Por estas horas ultima los detalles de otros 15 rompecabezas que tienen como destino el Jardín de Infantes Nº 905 "Rosario Vera Peñaloza" de Bolívar.

"La Directora del Jardín 903 de Pirovano me mandó una carta de agradecimiento y eso me pone bien, porque siento que devuelvo a la sociedad parte del daño que cause hace años", dijo el hombre.

Juguetes Didácticos
Según el diario El Popular de Olavarría, la profesora Mónica Marote fue quien espontáneamente hizo llegar sus palabras cálidas de reconocimiento por la donación que ya disfrutan los niños de la pequeña localidad que se emplaza a 20 km de la Unidad 17.

"Es la primera vez que recibimos una donación directamente de alguien privado de la libertad y para nosotros es muy valioso que nos haya elegido, los chicos disfrutan mucho cuando se les entrega un juguete nuevo".

El Jardín "Ejército de los Andes", es una institución pública donde concurren 66 niños entre 2 y 5 años, sus docentes y directivos tienen contacto permanente con la unidad carcelaria desde donde han recibido diversos trabajos que son de suma utilidad para su funcionamiento.

El interno trabaja todos los días durante ocho horas en el armado de los rompecabezas con figuras de princesas, hombres araña, Dragon Ball Z y Minions.


Juguetes Didácticos

"Corto la madera, la pinto, hago el dibujo y luego lo barnizo, para después separarlos en nueve piezas y ponerlos en una bolsa. Busco siempre motivos infantiles y de personajes que atrapen a los niños", detalla el oriundo de Morón, el que reflexionó: "no supe escuchar a mis viejos y caí en las drogas, hice cosas terribles, estoy arrepentido y siento que con estos trabajos puedo devolver un buen gesto".

Durante su paso por distintos penales pudo hacer cursos de talabartería, peluquería, panadería, ha participado de actividades culturales, pero el taller que más ha practicado es el de fabricación de juegos didácticos.

"Cuando salga en libertad voy a continuar haciendo esto además de trabajar en la talabertería de mi mujer, esto se lo debo a lo que aprendí en la Unidad 11 donde hice un curso que por suerte también me va a ayudar a insertarme en el trabajo", expresó.

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