Mitos y verdades de las pastillas para adelgazar y sus efectos

*Según un informe presentado en la ONU, la Argentina es el segundo país en el ránking mundial de consumo de anorexígenos.
*minutouno.com consultó a varios especialistas sobre el uso de este medicamento que puede poner en peligro la vida.

Tomar pastillas para adelgazar es una elección peligrosa que se ha vuelto hábito: la Argentina está segunda en el ránking mundial de consumo de anorexígenos, lo cual es muy grave teniendo en cuenta que estas drogas pueden llegar a ser mortales.

Minutouno.com conversó con el doctor Alberto Cormillot, médico y educador para la salud, para diferenciar cuánto hay de mito y cuánto de verdad en relación a estos medicamentos:

Las verdades

- Las pastillas efectivamente adelgazan, pero a corto plazo, porque producen una estimulación del sistema nervioso y disminuyen el apetito.


 


Las pastillas permiten bajar de peso rápido, pero producen graves efectos secundarios.     

- Con las pastillas se baja rápido, y la salud se ve afectada también rápidamente.



- Producen efectos secundarios: en el Sistema Nervioso Central (SNC) -aceleración generalizada, irritabilidad, agresividad, insomnio-, en el aparato digestivo –constipación, diarrea, náuseas y serios problemas a nivel intestinal- y en el aparato circulatorio - hipertensión, taquicardia, hemorragias cerebrales-.


 


- Tienen hormona tiroidea entre sus componentes y eso lleva primero a un hipertiroidismo y después, cuando se las deja de tomar, a un  hipotiroidismo por intoxicación.



- Los anorexígenos generan adicción y pueden llevar a una psicosis por medicación.

- Pueden ser mortales: si tienen diuréticos pueden causar deshidratación, mareos, graves problemas en los riñones y pérdida de potasio. A largo plazo, una deficiencia de potasio puede generar arritmias que pueden terminar en una falla cardíaca que puede costar la vida.



Los mitos

- Mucha gente cree que son inocuas, y las toma como si fuera agua, cuando se trata de un medicamento conocido como “polifarmacia” – ya que contiene anfetaminas, anorexígenos, diuréticos, laxantes, hormona tiroidea y sedantes-, muy riesgoso para la salud.


 


Aunque se las toma como agua, afectan seriamente la salud y pueden llevar a la muerte.    

- Aunque se las considere una buena opción para bajar de peso, hay que tener en cuenta que, después de un tiempo, producen un efecto rebote.



- Se supone –erróneamente- que están aprobados, cuando hoy en día hay sólo 3 medicamentos internacionalmente aceptados y aprobados por la Organización Mundial de la Salud: el rimonabant, el orlistat y la sibutramina, que deben ser recetados por un médico.



“El Anmat  prohíbe las pastillas para adelgazar de tipo polifarmacia, pero es una norma que solamente acató la Provincia de Buenos Aires, así que hay muchos médicos golondrina que recorren el país y las recomiendan, a pesar de los peligros que implica su consumo”, señala el doctor Cormillot.

Por otra parte, la nutricionista Silvana Bonino, miembro del equipo del doctor Cormillot, comenta que en el consultorio se ven pacientes muy reacios a la medicación, que no quieren tomar ni siquiera vitaminas y otros que llegan habiendo tomando de todo, “incluso preparados supuestamente naturales que quiebran el metabolismo y que cuando se dejan de tomar producen un efecto rebote que hace muy difícil bajar de peso sólo con dieta”.


La nutricionista Silvana Bonino plantea que las pastillas permiten adelgazar sin cuidarse mucho y eso no lleva a un cambio de hábitos, por lo que se engorda al suspender su consumo.   

La especialista plantea una situación que, según su criterio, explica en alguna medida el hecho de que nuestro país se haya ganado el segundo puesto en el consumo de pastillas para adelgazar: “En la Argentina se rinde culto a la delgadez y a la estética pero, a la vez, las propagandas y la oferta de alimentos no apuntan al cuidado de la salud –asegura Bonino-. Esta contradicción en la sociedad es la que estimula la búsqueda de soluciones rápidas para bajar de peso, porque las pastillas justamente logran que la gente baje de peso sin cuidarse mucho porque desajustan muchísimo el metabolismo”, dice la nutricionista y advierte que este tipo de medicamento consigue conjugar la dicotomía que plantea la sociedad, pero a un costo altísimo.

“Claro que cuando la gente las deja sube todo lo que bajó, porque no hubo un cambio de hábitos que apunten hacia una alimentación sana y equilibrada”, aclara Bonino.

Sin duda, sobran los motivos para plantearse si la salud y la vida son valores que se puedan dar a cambio de la delgadez.

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