Las claves para una buena evaluación escolar

Sociedad

Desde siempre la evaluación ha sido una gran motivación para que los alumnos estudien. El problema es que aprobar un examen no implica haber aprendido. Si un alumno estudia, rinde un examen, aprueba, y al poco tiempo se olvida, ¿hubo aprendizaje?

laura lewin chapa

Y no sólo eso- cuando los alumnos rinden un examen, muchas veces recién en esa instancia se dan cuenta de qué era importante aprender, y se percatan de cuánto realmente sabían. Pero cuando esa información le llega al alumno, ya es tarde porque el examen ya fue tomado. La pregunta sería, entonces, ¿no deberíamos utilizar el formato del examen para informar, formar y enseñar?

La evaluación no es un proceso que se da al final de una unidad, capítulo o trimestre. Se debe dar durante todo el proceso de enseñanza- aprendizaje para de esta manera ayudar a los alumnos a consolidad lo aprendido y al docente a afinar su práctica docente. Sin embargo cuando el docente enseña, evalúa y luego continúa con el próximo tema, no les estamos sacando provecho a la evaluación. Hoy sabemos que la evaluación puede ayudar a aprender.

A nivel socio-emocional, el examen puede hacer que un alumno baje su autoestima si no aprobó y, peor aún, si el docente lo hace visible, lo expone, un alumno puede frustrarse y hasta formar un concepto desagradable acerca de esa materia y ese docente. Hay adultos que al día de hoy sienten un rechazo hacia alguna asignatura, simplemente por cómo un docente los hizo sentir. El alumno ve a la evaluación como un elemento tangible de su valía. Una buena nota eleva su auto estima, una mala, produce lo contrario.

Cuando le enseñamos a nuestros alumnos a ver sus errores de manera racional y no emocional, les estamos enseñando una lección mucho más importante que el tema en cuestión. Les enseñamos a manejar la frustración y el aprender de los errores, que son sin duda, habilidades esenciales para la vida. Es decir, cuando logramos que nuestros alumnos cambien su mirada frente a la evaluación y puedan capitalizar sus errores, los estamos ayudando a tener una mejor vida adulta. Pero para eso, debemos comenzar nosotros, los adultos, por entender cuál es el verdadero sentido de la evaluación.

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