VIDEO: Un argentino evitó un ataque machista en España

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El agresor tenía una orden de alejamiento pero siguió desde Inglaterra a su mujer e hijos, la quiso agredir y terminó a las trompadas.

Max Weinbinder, un argentino que dirige un hotel en Menorca, España, se convertió en un héroe. El pasado viernes presenció como un hombre intentaba agredir a su mujer. Ocurrió en la recepción del lugar y actuó al momento para que la cosa no fuera a mayores. Al meterse en medio el director se llevó dos trompadas del agresor, pero aún así logró reducirlo él solo.

Como puede verse en las imágenes de la cámara de seguridad del hotel, el empresario pudo reducir al agresor tirándolo al suelo. La esposa intentó alejar a los nenes para que no presenciaran la escena. A continuación se llevaron al individuo a una sala apartada para avisar a la Guardia Civil y allí se zafó de los empleados del hotel e intentó fugarse.

Un argentino evitó una agresión machista

Weinbinder, que estaba cerca de la recepción en ese momento, salió corriendo detrás de él, lo atrapó de nuevo y no lo soltó hasta que llegaron los agentes.

"Me ha dolido la boca dos días, pero los daños no fueron mayores”, detalló Weinbinder. Su preocupación era evitar como fuera que el hombre maltratara a su esposa y se vio obligado a intervenir al ver como la situación se tornaba violenta.

Según el diario La Vanguardia, el agresor es un inglés que tenía una orden de alejamiento de su esposa por malos tratos. Aún así la persiguió desde Inglaterra cuando ésta intentaba desconectar unos días en Menorca con sus dos hijos. Encontró el hotel en la localidad Fornells un día más tarde de la llegada de su mujer y contrató una habitación para poder estar cerca de ella.

Al parecer pasó prácticamente un día entero con su familia, pero poco a poco "la cosa iba a mayores con insultos y gritos". "Al principio no nos metimos al pensar que eran cosas de pareja, pero cuando se volvió violento hubo que intermediar", recordó el argentino.

La mujer se negó a presentar una denuncia contra su marido y la Guardia Civil no pudo actuar de oficio al no haber parte de lesiones. Fueron los propios agentes los que le recomendaron a Weinbinder que lo denunciara por los dos puñetazos, pero pactó con el agresor no presentar cargos a cambio de que se fuera inmediatamente de la isla.

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