Crimen del empresario: el taxi boy alegó que se cortó "mientras preparaba unos bocadillos"

Sociedad

André Conrado Espinoza, detenido por el asesinato de Roberto Nicolás Adamo en Las Cañitas, negó ser el autor del crimen.

El taxi boy brasileño que fue detenido acusado de haber asesinado al empresario Roberto Nicolás Adamo el año pasado en su departamento de la zona porteña de Las Cañitas, dijo ante la Justicia que no es el homicida y explicó que hallaron su ADN en la escena del crimen porque se cortó un dedo mientras cocinaba.

Según detalles de la indagatoria a André Conrado Espinoza divulgados este viernes por el Ministerio Público Fiscal, el imputado admitió haber estado en el departamento de Adamo el día del crimen, pero negó ser su asesino.

El taxi boy negó ser quien aparece filmado por una cámara de seguridad retirándose del edificio de la víctima con una valija chupándose un dedo y para justificar el ADN positivo que determinó que se halló sangre suya en la escena del crimen, Espinoza dijo que se cortó "mientras preparaba unos bocadillos en la casa de la víctima".

El hecho que se le imputa es el homicidio agravado de Adamo, un empresario del plástico que fue asesinado de 40 puñaladas el 18 de agosto del año pasado en su departamento del octavo piso "B" del boulevard Olleros 1850, en la zona porteña de Las Cañitas.

Según la investigación, Adamo había contratado para esa noche los servicios de tres taxi boys que fueron a su domicilio y al menos dos de ellos terminaron asesinándolo y robando dinero, una notebook, un celular, ropa y otros objetos.
 
El primer taxi boy detenido en la causa, y que luego fue liberado por falta de mérito, explicó que sólo estuvo unos minutos y luego se retiró dejando a la víctima con sus otros dos colegas, y aportó a los investigadores los datos del brasileño, que en el ambiente gay es conocido con el nombre de Lucas Dos Santos.

Espinoza, quien tenía antecedentes en Perú, se había ido del país al día siguiente del crimen, pero regresó a principios de 2014 y fue detenido el 28 de enero en las inmediaciones de un domicilio de la avenida Pueyrredón y Bartolomé Mitre, en el barrio de Balvanera, donde estaba a punto de mantener un encuentro sexual con un cliente.
 
La computadora de la víctima, el análisis de la página de servicios gay que consultaba para contratar taxi boys, las imágenes de una cámara de seguridad que grabó al presunto asesino saliendo del edificio de la víctima con una valija y el ADN de un rastro de sangre que no era de la víctima, son las principales evidencias que comprometen en el expediente al brasileño.

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