El dramático testimonio de un hombre que fue asaltado por motochorros y quedó paralítico

Sociedad

Cristián Cufré fue asaltado el 21 de enero de 2013, tras ser sorprendido por dos delincuentes cuando salía de su casa. Durante el feroz ataque, los motochorros efectuaron diez disparos, uno de los cuales lo dejó parapléjico. Hace un mes que no puede moverse, vive llorando y ruega que alguien le calme el dolor que padece.

Cufré tiene 42 años, un hijo y está casado. Su vida cambió en cuestión de segundos, como consecuencia del feroz robo que lo dejó en cama, luego de que uno de los diez disparos efectuados por los delincuentes impactara en su médula.

En diálogo con C5N, Cufré relató cómo ocurrió el episodio. "Me quisieron robar el auto. Me asusté y me tiré al piso, por las reacciones que tiene uno en el momento. Uno de los tiros me tocó la médula, la segunda y tercera vértebra, el pulmón y la vejiga".

"Me hago pis encima ya que no puedo orinar como lo hacía antes. Tampoco camino. El riesgo además es que tengo la posibilidad de quedar parapléjico", contó.

También, Cufré relató que "nunca se supo nada sobre los asaltantes" y el caso quedó "en nada". "Tomo cerca de diez pastillas, pero no me hacen nada porque el dolor es continuo. Cada vez que pasa el tiempo tengo más complicaciones. No puedo ni usar la silla de ruedas por el dolor que tengo en las manos", agregó.

Robo
Con tristeza, Cufré dijo: "Vivo en la cama, entre cuatro paredes. Veo pasar el día desde la cama. No tengo trabajo, mi señora me cuida y mi mamá es jubilada. Vivo con lo que me da la ANSES".
"No sé cómo pedir ayuda para que me saquen el dolor. Pido por favor a Dios. Necesito volver a hacer rehabilitación, pero ahora ni siquiera puedo por el dolor. Hubiera preferido que me maten antes que estar así. Me cagaron la vida", contó.
"Vivo llorando, deprimido en la cama. Mis hermanos que vienen a visitarme me abrazan y me dan aliento, pero estoy cansado, podrido y arruinado. Mirá lo que es mi vida, con 42 años. Tengo un hijo con el que no puedo hacer lo que hacía antes, como llevarlo a jugar a la pelota o al colegio. No como y a veces duermo tres días seguidos", concluyó, con lágrimas en sus ojos.

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