Inflación y destrucción de puestos de trabajo, la herencia de Macri

Economía

El incremento de precios de octubre llegó dentro del rango esperado, 5,4% según el Indec, y consolida a 2018 como el año de mayor inflación desde la salida de la hiperinflación de 1990-1991, todo un récord para un gobierno que consideró a la inflación como un problema de mala gestión, según el presidente Mauricio Macri.

CHAPA FERNANDO ALONSO FIRMA

La apuesta oficial está en demostrar una fuerte desaceleración para noviembre-diciembre, el último bimestre del año que acumularía entre 5 y 6%, y justificar así un éxito de la nueva política monetaria sustentada en una tasa de interés que llegó a 74% y para este jueves había retrocedido hasta 63,5, todavía la más alta del mundo.

Según los planes firmados con el FMI, cuando termine el mandato Macri dejará al país entre 5 y 6% más pobre

La inflación, como bien lo había considerado Macri, es reflejo de los fracasos de la política económica y como tal, no se logra dominar con un solo instrumento como insiste en hacerlo la gestión de Cambiemos a través de la suba de la tasa de interés. Tres años después de asumir, Argentina tiene el doble de inflación que en el fin de la anterior gestión, combinada con una recesión de la economía que se encamina a cerrar el año con un retroceso de 2,6%.

"Con excepción de Argentina, el crecimiento en América Latina se está recuperando a partir de los bajos niveles de 2016-17" (Moody's)

Si todo sale según los planes firmados con el Fondo Monetario Internacional, cuando termine el mandato Macri dejará al país entre 5 y 6% más pobre, con una inflación acumulada de 130 a 140% y una pobreza que afectará a más de uno de cada tres argentinos.

Argentina tiene el doble de inflación que en el fin de la anterior gestión

El problema es que ya hay advertencias de que 2019 puede ser más complicado a nivel internacional de lo que se esperaba y complicar en especial a Argentina. Un informe distribuido el jueves por Moody's a sus clientes advirtió que en el próximo año "las condiciones crediticias probablemente serán más desafiantes para los mercados emergentes conforme se desacelere el crecimiento global, continúe la volatilidad de los mercados financieros, aumenten las tasas de interés y el proteccionismo comercial, y se eleven las tensiones geopolíticas".

Moody's deja una advertencia especial: "Con excepción de Argentina, el crecimiento en América Latina se está recuperando a partir de los bajos niveles de 2016-17".

La aprobación del Presupuesto 2019 con una amplia comodidad en el Senado, y festejado por el Fondo Monetario Internacional, puede ser una buena señal del control político que mantiene la gestión de Macri, pero recién hacia marzo-abril del próximo año se sabrá si el nivel de confianza alcanza para mantenerse dentro de la fenomenal bicicleta financiera o los inversores consideran que llegó el momento de hacerse de las ganancias, cambiar los pesos a dólares y salir del país dejando a la gestión de Cambiemos/FMI a las puertas de una nueva crisis.

En simultáneo con la difusión de la inflación de octubre, la Unión Industrial Argentina (UIA) difundió el informe sobre el nivel de actividad en septiembre, que reflejó una caída de 7,7% interanual y acumuló un retroceso de 1,6% en nueve meses del año. Los números, pese al desplome que reflejan, son todavía más optimistas que los del propio Indec que estimó una caída de 11,5% en septiembre y un acumulado de 2,1% de retroceso en el año.

Según la UIA, "en cuanto al empleo industrial registrado, durante agosto 2018 (último dato disponible) se observó una contracción mensual del -0,36% (una pérdida de 4.162 puestos de trabajo), siendo el noveno mes consecutivo con tendencia negativa". Añadió que "respecto a agosto 2017, hubo 32.622 asalariados menos, una baja de -2,74%" y advirtió que "se observa una aceleración en la pérdida de empleo, ya que en el primer trimestre, la caída fue de -1,2%, en el segundo de -1,8% y en los últimos dos meses la pérdida de asalariados industriales fue de -2,6%".

El empleo industrial es el que paga mejores salarios y mayores beneficios sociales. La destrucción en este caso no refleja un aumento de la productividad por la incorporación de la robotización como sucede en naciones desarrolladas. Es simplemente, el reflejo de la crisis económica que generó el gobierno de Macri.

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