Una abogada denunció a un colega por violación y sufre amenazas: "Temo no llegar con vida al juicio oral"

Sociedad

Fiorella Mucholi denunció que fue violada por Sebastián Pablo Moure el 23 de noviembre de 2015. El próximo 10 de junio llega el juicio oral y la mujer de 30 años sigue recibiendo amenazas de muerte.

“De acá vas a salir en una bolsa, nena”, le dijo el abogado Sebastián Pablo Moure el 23 de noviembre de 2015 en la oficina del médico legista auxiliar del Departamento Judicial de Morón, Roberto Demkiw, para quien Fiorella trabajaba.

El lugar estaba en el primer piso de un edificio ubicado sobre la calle Sucre, a una cuadra de los Tribunales de Morón. Él la convenció para que lo dejara pasar a la oficina. Ella lo dudó porque estaba sola, pero le insistió tanto para ver un expediente y él le mencionó a un reconocido abogado amigo de su jefe, que entonces accedió.

Fiorella Mucholi
La abogada denunció a un colega de violación y la sigue amenazando
La abogada denunció a un colega de violación y la sigue amenazando

Fiorella Mucholi tenía 27 años en aquel entonces. Hacía tres semanas se había hecho una cirugía de tórax con la que había tenido una complicación y estaba en plena recuperación. El mismo día que volvió a su casa también volvió a trabajar. Casi no podía mover los brazos y tenía un corset ortopédico para proteger las heridas.

Eran cerca de las once del mediodía cuando los dos subieron a la oficina. Empezaron a buscar el expediente y ella se encontró con que los estudios que había llevado el abogado no eran compatibles con lo que había pedido el médico.

“Justo vino Micaela, mi cuñada que estaba trabajando conmigo. Agarró unos papeles, y le abrí para que fuera hacer unos trámites. Cuando volví la cara de él se había transformado. No era la misma persona que con la que había estado hablando”, recuerda Fiorella en diálogo con minutouno.com.

Según consta en su declaración judicial, la joven de 27 años dijo que Moure “me golpeó y me dijo que no lo mire. Me empezó a tocar todo el cuerpo, intentar sacarme la ropa. Yo sólo pensaba en protegerme las heridas de los siete puntos en cada mama que tenía. No lo podía frenar. Primero pensé que era un robo, que buscaba información, después me di cuenta que era una violación. Cada vez se ponía más violento. Me quitó la ropa, forcejeamos, me sacó el jean y me penetró con los dedos”, contó la mujer.

El ataque duró 45 minutos. “Yo quería que terminara ya, para bien o para mal. El me decía que no iba a salir viva de ahí adentro. Yo ya quería morirme”, agregó.


"Me hizo arrodillar y rezar. Me dijo que me despidiera de mis papás porque de ahí no salía"

“Estaba como poseído, no sé si se había drogado. En su mano sentí olor a químico, pero no sé qué era. Se hablaba y se contestaba solo. Me decía cosas al oído, frases porno. Ya no me acuerdo qué específicamente. En un momento, se le cae la billetera abierta y veo que tiene dos fotos de nenes chiquitos. Le pedí que me suelte por sus hijos y me contestó: lo hago por ellos”, relató la joven abogada.

Sebastián Moure

La oficina estaba completamente desordenada, la zamarreó por los dos ambientes que tiene el lugar. “En un momento me pidió que me arrodillara y rece un padre nuestro con un rosario que tenía. Me dijo que me despidiera de mi mamá y mi papá porque de ahí iba a salir dentro de una bolsa”, contó.

Según consta en la denuncia, el hombre la manoseó y la penetró dos veces con sus manos. La obligó a practicarle sexo oral y a masturbarlo. “Llegó un momento que lo único que quería era morirme. Terminar con esa tortura y justo en ese momento toca el timbre Micaela”. Gracias a la insistencia de la joven con la que trabajaba pudo escaparse del agresor.

Fiorella y Micaela llamaron insistentemente a su jefe pero nunca les atendió el teléfono. él salía de vacaciones ese día. "Le conté lo que me pasó y me dijo: denuncialo, que querés que haga", dijo. Al regreso de su viaje, el Dr. Demkiw las echó. Ambas están en pleno juicio laboral.

Amenazas de muerte e intento de secuestro

A pesar de tener restricción perimetral y el botón antipánico, Moure la siguió hostigando y hasta le mandó gente para que la haga desistir de continuar con la causa penal. “Me lo crucé varias veces en Tribunales, me agarraba por atrás, me decía ´hola´con una sonrisa. Me intimidaba. Hace dos semanas un auto intentó secuestrarme y una vez un hombre me paró por la calle, me agarró y me dijo que la corte. Todas amenazas”, dijo Fiorella.

Además de la denuncia por abuso sexual, Moure tiene otras seis denuncias más por incumplimiento de la perimetral. Según la víctima, hay una causa archivada en su contra por una mujer que denunció lesiones graves. Sin embargo esa causa ya se archivó. “Tiene 18 abogados, entre ellos a Ricardo Malvecini", contó la mujer que tiene 30 años. Mavelcini fue el abogado del cura condenado por violación, Julio César Grassi.

Fiorella está conforme con cómo el Tribunal Oral 1 de Morón y la fiscalía 8 de Morón llevan la causa pero lo que no entiende es porqué el hombre no sólo no está detenido sino que además sigue ejerciendo su profesión como si nada. “Es un peligro para la sociedad. Yo realmente tengo miedo de no poder llegar al juicio viva”. La fecha para el inicio del debate oral está prevista para el 10 de junio de este año.

No quiero ser un femicidio más. Quiero vivir

La causa quedó caratulada como abuso sexual gravemente ultrajante a cargo de la fiscal Adriana Suárez Corripio, de la UFI 8 de Morón. La pena que se estipula para este delito es de 4 a 10 años de prisión. Sin embargo para Fiorella y su abogado, Juan Pablo Gallego, es gusto a poco.

“Yo tuve seis intentos de suicidio. Tomé 18 pastillas diarias, ahora tomo seis. No puedo salir a la calle sola. Vivo haciendo terapia. No puedo desenvolverme como profesional como quisiera. Si quisiera, tengo que esperar al menos tres años para buscar un hijo por la cantidad de fármacos que tengo que tener en mi cuerpo al día de hoy. Realmente es una tortura vivir así. Necesito que se haga Justicia”, aseguró Fiorella.

“No quiero ser un femicidio más. Quiero vivir”, agregó.

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