"Gracias por el fuego", crónica de la grieta social: el editorial de Julián Guarino en "Recalculando"

Política

Julián Guarino tomó “Gracias por el fuego”, de Mario Benedetti, para contraponer desde la saga de la familia Budiño el desprecio de la clase dirigentes por las capas medias y bajas frente al concepto de justicia social.

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Tras las declaraciones sobre el hambre y los inmigrantes del ex candidato a vicepresidente Miguel Ángel Pichetto, el falso clip de la BBC de Miguel Boggiano, y videoen el que tiran un animal a la pileta de Álvarez Castillo, el economista y periodista plantea que la novela del genial autor uruguayo “es una especie de catarsis” desde la perspectiva de Ramón Budiño, de “carácter angustiado, de alguien que está frustrado, es el hijo de…”.

Se trata de un hombre que pertenece a una familia acomodada que, de pequeño, admira a su padre, Edmundo, al igual que toda la sociedad uruguaya pero que luego comienza a notar su carácter frío y mezquino, que lo ningunea, así como descubre sus negocios corruptos: se trata de un hombre que desprecia a su país al que solo le interesa enriquecerse.

Edmundo “muestra un desprecio por su país de origen”, apuntó Guarino y apuntó a la “admiración por Estados Unidos y el juego de espejos entre una país latinoamericano que enfrenta crisis sociales y una mirada de desprecio a la clase media y baja” donde “la concentración del capital implica mayor sufrimiento para aquellos de ingresos más bajos”.

“De un lado está la indiferencia representa en este gran prócer de Uruguay y como esa indiferencia se trasforma en la conciencia del otro en Ramón”, explicó Guarino. “Él tampoco va a poder ocupar ese lugar porque no puede revelarse a su papá, después porque no puede revelarse a una clase social a la que parece no pertenecer y termina odiándolo todo. Su hijo Gustavo es el que introduce algún concepto de justicia social”, reveló.

“Lo que nos va a dejar la novela es que quizás en algún momento en la historia de Uruguay de que no hay tiempo presente o futuro porque con el neoliberalismo la idea es que no hay nada distinto a esto que tenemos, y al mismo tiempo, con el espacio: no existen las fronteras en ese Uruguay. El tercer elemento, la conciencia de clase, la idea de que por un momento la potencia de Estados Unidos es tan fuerte que se pierde la noción de clase y esto también genera frustración”, evaluó.

Por eso, concluyó: “En una Argentina que es más desigual y menos inclusiva, que tiene mayores niveles de pobreza e indigencia, la solidaridad es eso que va de la indiferencia a la conciencia por el otro y, sobre todo, reconocer que uno tiene responsabilidad”.

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