Cupo laboral travesti trans: ¿Por qué es importante y qué consecuencias tiene para el colectivo?

El cupo laboral travesti-tras es una de las demandas históricas del colectivo y de los feminismos para alcanzar la equidad en la Argentina. Un proyecto de ley será presentado por tercera vez este año en el Congreso.

TraVajo es el reclamo. Se escribe con “V” de travestis - identidad política que reivindica el derecho a autodefinirse más allá del binarismo de género- para visibilizar la realidad con la que choca cualquier persona trans, travesti, transexual o transgénero que busca un empleo formal en nuestro país. Los obstáculos son múltiples pero todos tienen la misma raíz: la discriminación social, el prejuicio, el estigma y la violencia social e institucional. La tasa de desempleo de las mujeres trans es altísima en nuestro país y muchas terminan ejerciendo la prostitución para sobrevivir, sin ser ésta una elección. La marginalidad hacia este colectivo es desoladora y se resume en la estadística más dramática de todas: la expectativa de vida que tienen quienes pertenecen a éste es de 35 años.

Según un informe de la Fundación Huésped y la Asociación de Travestis, Transexuales y Transgéneros de la Argentina (ATTTA), seis de cada 10 ejercen prostitución, el 87% comenzaron antes de cumplir 19 años y el 87% la dejarían si tuviesen otra posibilidad. Sólo el 18% de las personas travestis y trans tuvieron acceso a trabajos formales.

Si bien la ley de Identidad de Género sancionada en 2012 fue un gran paso en la conquista de derechos para el colectivo trans travesti pero existe aún una deuda a nivel nacional para la integración de las personas trans: la ley de cupo laboral.

¿Qué legislaciones vigentes y qué proyectos buscan incorporar el cupo?

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La iniciativa de cupo de la lider travesti y activista por los derechos humanos Diana Sacayán. Se trata de una herramienta contra la exclusión de esa población que establece que al menos el 1% de este colectivo pueda acceder a un trabajo en blanco.

La ley N° 14.783 fue aprobada en la provincia de Buenos Aires el 17 de septiembre de 2015, un mes antes de que Sacayán fuera asesinada en su departamento del barrio porteño de Flores. Recién después de cuatro años de que se aprobara y a días de dejar el mandato, la ex gobernadora María Eugenia Vidal reglamentó la ley en la provincia.

Con el cambio de gestión, el nuevo gobernador Axel Kicillof creó por primera vez en la historia de la provincia un ministerio de la Mujer, Políticas de Género y Diversidad Sexual. Estela Díaz, quien está al mando de la cartera, adelantó a minutouno.com que en los próximos días lanzarán un programa de implementación del cupo laboral travesti-trans en el ámbito público pero además también en el privado -algo que no dice la ley pero es importante- mediante acuerdos con distintos sectores. “Se trata de una población en que la inmensa mayoría no tuvo acceso ni a la educación ni al trabajo formal. Vamos a construir un registro para personas que quieran inscribirse para ingresar al trabajo y hacer articulaciones con los municipios y el sector privado. Invitamos a que adopten la legislación”, aseguró la ministra.

Una pata importante del programa va a ser además la capacitación para trans, travestis, transexuales y transgénero que quieran trabajar en esos ámbitos. Esta es una demanda del colectivo que se garantice un proceso de acompañamiento a las personas que ingresen a sus puestos de trabajo. Es necesario tener un mecanismo inclusivo en relación a la idoneidad y correrse de los patrones cis-heteronormativos ya que por la exclusión las trayectorias laborales de estas personas son muy diferentes. Debe tener en cuenta además que muchas de ellas tienen antecedentes penales y garantizar el acceso al trabajo a personas trans y travestis migrantes que viven en el país.

Los municipios de Morón, Lanús y Azul, Chivilcoy, Quilmes, Avellaneda, Almirante Brown, Merlo, Tres de Febrero y San Miguel adhirieron a la Ley de Cupo Laboral Travesti Trans.

Además de la provincia de Buenos Aires, hay otras cuatro que también aprobaron leyes.

Chubut, Río Negro y Chaco en el año 2018 y Santa Fé en 2019. El Gobierno de Chubut presentó el pasado 24 de enero su implementación, mientras que Chaco hizo lo propio en 2018. En cambio, las otras dos aún no cumplieron con la implementación.

Hay además municipios, departamentos y ciudades en todo el país en que a través de ordenanzas se aprobó el cupo como el de Bell Ville en Córdoba, Santa Rosa en La Pampa, Las Heras y Luján de Cuyo en Mendoza.

En tanto, distintos proyectos de ley buscan ser aprobados en Santiago del Estero, Entre Ríos, Ciudad de Buenos Aires, Neuquén y Córdoba. Estos incluyen algunas estrategias que implicarían una inclusión mayor: por ejemplo, el proyecto entrerriano pauta que se no menos del 3% para el sector público; mientras que el neuquino lo establece tanto para el sector público como para el privado.

En la Ciudad de Buenos Aires en 2018 entró por tercera vez entró un proyecto de ley a la Legislatura y varios representantes que asumieron en diciembre, como la legisladora por el Frente de Todos, Ofelia Fernández, aseguraron que van a motorizar la discusión.

Una ley a nivel nacional

CUPO LABORAL TRANS

En los últimos días se supo que diputados nacionales del bloque del Frente de Todos presentarán nuevamente este año el proyecto de cupo laboral trans.

El proyecto - que ya había sido presentado en 2016 y 2018, ambos había perdido estado parlamentario- establece que el sector público debe reservar un cupo laboral de 1,5% del total de empleados para personas trans y travestis y beneficios impositivos para el sector privado en caso de que tomen a personas de ese colectivo.

La ley, que llama Lohana Berkins por la activista travesti que luchó por los derechos del colectivo y fue la primera en tener un empleo público, busca "garantizar el derecho al trabajo a la población de personas trans y travestis en todo el territorio nacional".

Propone además la creación de un proyecto crea en el ámbito del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación una línea de subsidios para el financiamiento de microemprendimientos productivos, comerciales y de servicios, individuales o asociativos, destinados específicamente a la población trans y travesti.

Crea, además, en el ámbito del Banco de la Nación una línea de créditos sin interés para el financiamiento de emprendimientos productivos, comerciales y/o de servicios, individuales o asociativos, destinados específicamente a la población de personas trans y travestis.

Resulta vital a la hora de discutir proyectos de cupo, reflexionar sobre lo que implica en términos de experiencia subjetiva, adecuarse a un puesto de trabajo concebido dentro de parámetros cis-heteronormados, a una rutina laboral, a una sociabilidad en la que lo trans no pasaría aún de ser una excepción. Y en este camino, la ley es una herramienta más, un resguardo a conquistar, que no invalida, sino que por el contrario se sostiene, con la lucha y la organización de múltiples movimientos, espacios y activistas trans. Asimismo, requiere de coaliciones sociales y políticas potentes, en las que la agenda de demandas travas sea tomada por el conjunto de la comunidad LGTB pero también por la sociedad toda.