Los jubilados le ganan a la inflación

Economía

El Gobierno anunció un aumento en junio del 6,12% para los jubilados, pensiones no contributivas, a la asignación universal por hijo, la asignación universal por embarazo y las asignaciones familiares.

El ministro de Trabajo, Claudio Moroni, junto a la titular de la Anses, Fernanda Raverta, anunciaron en el día de ayer un incremento del 6,12% para todos los jubilados y pensionados de acuerdo a la escala de la pirámide, lo que lleva la jubilación mínima a $16.864 y el haber máximo a $118.044.

El aumento alcanzará además a los beneficiarios de pensiones no contributivas, Asignación Universal por Hijo (AUH), Asignación Universal por Embarazo (AUE) y asignaciones familiares.

Desde la asunción del gobierno de Alberto Fernández y Cristina Kirchner, más del 80% de los jubilados y pensionados le han ganado a la inflación con los aumentos otorgados, recuperando su poder adquisitivo.

La inflación acumulada en el primer cuatrimestre del año es del 9,4%, y se estima que la inflación en el mes de mayo no superará el 2%. Ante una inflación proyectada del 14,4% en este semestre, los jubilados y pensionados que cobran la jubilación mínima la han superado en un 5 por ciento.

Si sumamos los bonos otorgados por $13.000 desde diciembre del año pasado hasta hoy, la gran mayoría de los jubilados y pensionados fueron beneficiados con un monto extra similar a la de una jubilación mínima o aguinaldo completo. El aumento acumulado de junio y de marzo significa que las jubilaciones mínimas crecieron un 19,9%.

En 2019, la inflación cerró el año con un 53,8% (el doble de la inflación de 2015) y la pobreza superó el 35%.

Estas variables fueron de la mano de un modelo económico excluyente, de endeudamiento, especulación y fuga. La deuda alcanzó el 91,7% del PBI en el tercer trimestre de 2019 y desde diciembre de 2015 se fugaron más de 88 mil millones de dólares. Gran parte de este agujero fiscal llevo al ANSES a un desfinanciamiento que afectó estrepitosamente al organismo.

grafico.jpg

Si bien hay grandes detractores a la suspensión de la fórmula de movilidad del Gobierno de Macri, pierden de vista el panorama más general.

En estos 6 meses que lleva adelante la actual administración, los jubilados y pensionados argentinos también han obtenido un ingreso indirecto muy importante producto del congelamiento de tarifas de los servicios públicos y el regreso de los más de 170 medicamentos gratuitos que otorga el PAMI y que genera un ahorro del 30% de la economía de los mayores.

Los jubilados que estaban endeudados con créditos de ANSES, han tenido un impasse en los pagos.

Para hacer frente a la pandemia y garantizar el acceso a la canasta alimentaria, se ha otorgado en el mes de marzo un bono de $3.000 a los jubilados que percibían la jubilación mínima.

Recientemente, PAMI implementó un pago extraordinario por los meses de marzo, abril y mayo para que las personas que pertenecen al Programa Alimentario reciban unos $1.600, que se incorporarán a los recibos de haberes, tras un convenio firmado con ANSES. La suma a depositar es variable ya que depende de la zona geográfica y modalidad del bolsón de alimentos. Además pagará un subsidio solidario de sostenimiento de $15.000 pesos, correspondientes a marzo, abril y mayo, a 4200 Centros de Jubilados y Pensionados, que son lugares clave para la socialización y recreación de las personas mayores, por lo que el Instituto realiza un esfuerzo extraordinario para apoyar su sostenimiento en este contexto particular.

El programa Precios Máximos garantiza el acceso a productos esenciales al precio de marzo e indirectamente se ven beneficiados por la suspensión de corte de servicios y por la suspensión de desalojos.

Con el objetivo político de apuntar a un sistema previsional solidario y redistributivo, por primera vez en décadas, en un estado en absoluta crisis, los sectores más vulnerables dejarán de sufrir y de estar sujetos a los vaivenes de una economía golpeada por la pandemia de Covid-19.

Estamos en el marco de una crisis sanitaria global, que afecta a grandes potencias. La situación crítica a la que debemos enfrentarnos hace muy difícil determinar una fórmula adecuada con variables que garanticen el poder adquisitivo de los jubilados y pensionados. La fijación de una fórmula en estas condiciones económicas podría ser desastroso y tener un impacto negativo en los ingresos de nuestros mayores.