Perdieron la tenencia de sus hijas por violencia familiar

Sociedad

La justicia aprobó el estado de adoptabilidad de las niñas, que tienen 10 y 7 años, dado que sus padres las sometían a violencia familiar de manera habitual.

Dos hermanas de la Ciudad de Buenos Aires que sufrieron violencia familiar "terrorífica" por parte de sus padres podrán ser adoptadas por una familia más adecuada para ellas ahora que los jueces de la Sal a M de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil confirmó su estado de adoptabilidad para no ser nuevamente víctimas del maltrato infantil que padecían en su hogar.

Las niñas tienen 10 y 7 años y fueron identificadas sólo como V. y M.F.C. para proteger su privacidad.

El caso de violencia familiar se dio a conocer en junio de 2017, cuando la Defensoría Zonal Comuna 4 de La Boca, en la Ciudad de Buenos Aires, inició una causa contra la madre y el padre de las menores, B.M.R. y M.A.C. respectivamente, debido a lo que se consideró como maltrato infantil extremo.

La madre de las niñas aceptó ante la Unidad Técnica Especializada en Maltrato Infanto Juvenil que se encontraba "desbordada" para cuidar a sus hijas en su casa del sur de la Ciudad de Buenos Aires, pero rechazó la posibilidad de recibir ayuda para fortalecer su rol parental. El maltrato infantil siguió existiendo.

De acuerdo a la información que consta en la causa -que se tramita de forma reservada-, se comprobó que las niñas "presentaban ausentismo escolar y falta de controles médicos", y que "de la entrevista efectuada por los profesionales intervinientes con las menores, pudo inferirse una clara situación de violencia de larga data".

En un último intento por no perder la tenencia de sus hijas, B.M.R. apeló el fallo de primera instancia pero tuvo la oposición de la Defensoría Pública de Menores, cuyos argumentos coincidieron con los de la Sala M de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil.

La Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil aprobó el estado de adoptabilidad de las hermanas para evitar que las niñas vuelvan a padecer las situaciones de violencia familiar que habían sido calificadas como "terroríficas" por los profesionales que las entrevistaron.