Conceden la prisión domiciliaria al represor Etchecolatz, pero seguirá preso por otras causas

Sociedad

La Justicia argumenta que concede el beneficio por el frágil estado de salud del condenado, que actualmente está alojado en Campo de Mayo cumpliendo varias condenas.

Un tribunal oral federal concedió el arresto domiciliario al represor Miguel Etchecolatz, de 91 años y con graves enfermedades, aunque por ahora no se hará efectivo ya que está detenido por otras causas por delitos de lesa humanidad. Los jueces fundamentaron su decisión ante la gravedad del estado de salud del condenado, a pesar de “la antipatía social que pueda generar esta medida”.

Por disposición de la Cámara Federal de Casación, el Tribunal Oral Federal 6 ordenó nuevos exámenes médicos al represor, y según los especialistas “es un anciano frágil, con alteración del equilibrio y la marcha por múltiples discapacidades (sensoriales, motora, degenerativa, cerebrovascular), portador de enfermedades crónicas”.

Se le detectaron entre otras patologías: hipertensión arterial y cerebrovascular, dislipemia, hiperuricemia, insuficiencia venosa de miembros inferiores, hipoacusia y patología prostática obstructiva (hiperplasia prostática vs cáncer de próstata), infecciones urinarias a repetición, ruptura de un audífono (no repuesto) y malfuncionamiento del otro, dolor precordial, declinación cognitiva, episodios de agresividad, entre otras.

Miguel Osvaldo Etchecolatz
Miguel Osvaldo Etchecolatz, esta alojado en el Campo de Mayo

Miguel Osvaldo Etchecolatz, esta alojado en el Campo de Mayo

En el mes de agosto último se le detectó “neumonía por Sars Cov2”, de acuerdo a las constancias del expediente.

Los querellantes y la fiscalía se opusieron al arresto domiciliario y argumentaron que debía seguir en prisión. Actualmente Etchecolatz está alojado en Campo de Mayo cumpliendo varias condenas.

El Tribunal Oral Federal 6 advirtió en la resolución que “se encuentra acreditado en la causa que en el último período el imputado soportó varios traslados y cambios de unidades de alojamiento, así como también reiteradas derivaciones e internaciones en distintos hospitales públicos externos. Todo ello, teniendo en cuenta el escaso tiempo en que sucedió, evidentemente repercutió negativamente en su estado de salud, ya sea por la edad que detenta o por las patologías que padece”.

Los jueces argumentaron que “en este contexto de emergencia sanitaria, de recursos necesarios y muy limitados por parte del Servicio Penitenciario Federal para hacer frente a las necesidades de toda la población penal, el hecho de tener que destinar la autoridad penitenciara parte de aquéllos al cuidado permanente del interno para que no sufra accidentes, descompensaciones o simplemente por la necesidad de tener que derivarlo regularmente a nosocomios externos, en definitiva abona a la solución que propugnamos”.

“Queremos dejar sentado que somos absolutamente respetuosos de las posiciones de las víctimas y entendemos sus razones para oponerse a esta decisión, pero no podemos soslayar que el deber que tenemos como jueces de la causa -de valorar de manera imparcial la situación personal del imputado a la luz de los informes médicos actualizados y lo que sobre la temática establecen las normas jurídico-penales del derecho internacional e interno-, nos coloca en la obligación de resolver en el sentido que lo haremos y sin perjuicio de la antipatía social que pueda generar esta medida”, dice uno de los párrafos del fallo firmado por los jueces Sabrina Namer, Guillermo Costabel y Rodrigo Gimenez Uriburu.

Etchecolatz fijó un domicilio en la ciudad de Mar del Plata, pero como aún tiene prisión en otras causas que tramitan en La Plata, deberá obtener el beneficio en esos casos para poder ir a su casa.