La salud emocional de los chicos, el principal motivo para volver a clases

Sociedad

Los aspectos socioemocionales fueron los más valorados por los padres a la hora de analizar la importancia del regreso de las clases presenciales.

La salud emocional de los chicos es el motivo más importante por el cual los padres ven con muy buenos ojos el regreso a las clases presenciales aunque sea por pocas horas por semana. Así se desprende de un sondeo realizado la semana pasada en el marco del Encuentro Nacional de Familias por la Educación del que participaron más de 4 mil personas de todo el país.

En tanto el segundo motivo más mencionado por los padres es que lo alumnos puedan volver a relacionarse con sus compañeros. De esta manera, los aspectos socioemocionales aparecen como prioritarios en la preocupación de las familias ante la larga suspensión de las clases presenciales dispuesta en el marco del Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio por la pandemia de coronavirus Covid-19.

El sondeo dejó varias conclusiones. Por ejemplo, el 78,3% de las familias consultadas consideró que lo mejor es volver a la escuela en los municipios y provincias donde se pueda, en los años y grados donde la vuelta sea prioritaria y algunos días por semana si no es posible volver los cinco días. Las respuestas marcan un gran consenso entre los padres para que sean tenidas en cuenta las particularidades sanitarias de cada localidad y se generen soluciones acordes priorizando una vuelta a clases planificada y segura.

Al responder qué necesitan para acompañar a sus hijos, padres y madres señalan la necesidad de más dispositivos (otro celular, una notebook, etc.) (48,5%), mejor conexión a internet en casa (46,8%), y apoyo docente para padres (46,3%). Entre los puntos más urgentes para poder cambiar la educación argentina, las familias mencionaron la formación y la carrera de los docentes (38,8%), la conectividad de los alumnos (32,1%) y los contenidos del currículum (32,7%).

El 92,6% de los padres y madres que participaron del Encuentro consideran que las familias están muy poco representadas en los medios y la agenda pública. En consecuencia, exigen que se habiliten más instancias de participación donde su voz sea escuchada para poder aportar a la mejora de la educación.

Según la consulta, 9 de cada 10 padres (94%) están dispuestos a formarse para poder aumentar su participación ciudadana para mejorar la educación. Además, 7 de cada 10 familias (73,4%) consideran que la mejor manera de participar es colaborando con los docentes y directivos en su escuelas, mientras que 6 de cada 10 (62,5%) mencionan la participación en instancias institucionales a nivel municipal, provincial o nacional.

“La suspensión de las clases presenciales tuvo efectos no esperados. Las familias adquirieron visibilidad y comenzaron a ser valoradas a la hora de opinar sobre la educación de sus hijos. A su vez, el Estado diseñó una estrategia política que suponía que las familias se harían cargo de las tareas de la escuela y les mandó consignas y materiales múltiples para que padres y madres, con o sin conexión, con o sin computadora, con sin recursos culturales se hicieran cargo de la educación de los hijos”, aseguró Guillermina Tiramonti, especialista en educación e investigadora de Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO).

Por su parte, Paulina Calderón, ex ministra de Educación de la provincia de San Luis, sostuvo: “Durante este tiempo quedó demostrado que las familias se convirtieron obligatoriamente en aliadas estratégicas de la escuela, pero esa ‘alianza’ es crítica en cuanto está atravesada por condicionantes sociales y económicos que agravan las brechas preexistentes”. En ese sentido, agregó: “Más allá de los aprendizajes que no se construyan, si no se propicia una mayor implicación social en la educación, las consecuencias individuales y sociales serán profundas. Es un problema ciudadano y político, y en ella se juegan los futuros de nuestras sociedades".

"Es probable que estas familias hayan observado cómo el aislamiento afectó a los hijos, generándoles diferente tipo de patologías, sin tomar en cuenta que los aprendizajes no logrados durante este tiempo tendrán consecuencias nocivas a futuro y que no podemos prever, pero que sin lugar a dudas impactarán en la calidad de la educación de los niños, elemento cuyo valor parece ser central para la mayoría de los participantes que, sin embargo, no toman en cuenta que la socialización de los niños puede lograrse también fuera de la escuela, pero la educación sistemática no", aseguró Gustavo Zorzoli, director de la Escuela de Formación Olímpica.