¿Cuándo es realmente la Navidad?

Sociedad

A Claudio María Domínguez no le importó estar sobre el horario del brindis e igual escribió una columna para bajar los decibeles de cara a esta nueva vuelta al sol.

La Navidad es un momento del año en el que las emociones se amplifican notablemente, especialmente si vivimos situaciones difíciles. No tenemos la obligación de vivir las Fiestas estando de fiesta, lo más saludable es respetar nuestros sentimientos. La plena felicidad consiste en saber aceptar cada situación vivida. Fortalecernos y avanzar cada día con el entusiasmo de estar vivos. La felicidad no es espontánea ni un destino a dónde llegar, sino el camino por donde se elige transitar, una forma de vida. Date la oportunidad de optar por una actitud distinta para que este nuevo año sea diferente.

Terminar el año con buena energía

Al finalizar el año es común sentir bastante cansancio generalizado, por eso en ésta época, para no poner en riesgo la salud, es necesario actuar con calma, bajar algunos decibeles y pensar el fin de año como el cierre de una etapa, que debe quedar atrás, para avanzar con nuevos bríos hacia el año que comienza.

En esta época es común que la gente se reúna y hable sobre todos los problemas que vivieron en el año y afrontan los días festivos desde la tristeza, la desazón y la negatividad. Circunstancias como la pérdida de un ser querido, una separación conyugal, problemas económicos, de relaciones, con la familia, entre otros, suelen verse amplificados durante estas fechas.

En este plano físico siempre se van a ir presentando situaciones provocadoras, la clave está en la actitud que ponemos ante esas circunstancias.

Nuestra manera de afrontar la vida, marca la diferencia.

Es bueno tomarse unos diez minutos de introspección silenciosa. Tanto los estudios científicos como los profesionales en la salud hablan sobre los beneficios de permanecer en calma a penas unos minutos por día.

El estrés es la principal causa de enfermedades. Cuando la mente y el cuerpo se centran en el silencio interno, el estrés se libera naturalmente y si a eso le sumamos una actividad física, muchísimo mejor.

Identificá los motivos que te generan estrés y decidí firmemente comenzar el nuevo año encarándolos de otra manera, porque las situaciones estresantes prolongadas en el tiempo, perjudican tu salud en todos los niveles.

Otra pauta para terminar y comenzar el año cargados de energía, es reprogramar nuestra calidad de pensamientos. Así como pensamos, sentimos. El control del pensamiento nos puede ayudar a reconducir nuestro estado de ánimo en cada momento.

Generalmente lo que produce más estrés es tratar de cumplir con las expectativas de los demás. Nos sobre exigimos de tal manera que el cuerpo pasa factura tarde o temprano.

Seamos conscientes que nuestra vida es valiosa y tenemos el cuerpo como vehículo sagrado para movernos cada día, cuidémoslo.

No nos expongamos a exigencias exageradas y sobre todo no nos castiguemos con los balances derrotistas de un año que termina, prioricemos siempre nuestro bienestar.

Las emociones pesimistas afectan más que los hechos en sí. Siempre hay varias soluciones para cada problema si los afrontamos como oportunidades de cambio y crecimiento.

El cambio tiene que ser una decisión consciente para que nuestra calidad de vida mejore. Es nuestra elección machacar en lo negativo que vivimos durante el año, darle poder en nuestra mente a lo que no pudimos alcanzar, revivir enojos, iras y rencores o ver toda experiencia como necesaria para madurar, crecer y mejorar.

Genios queridos, vamos hacia lo mejor de nosotros cada día a cada instante, gracias por existir