En la Argentina hay alrededor de 300 mil personas que sufren el mal de Alzheimer

*"El diagnóstico en nuestro país es tardío. Los médicos de cabecera en general minimizan muchos de los síntomas iniciales de Alzheimer", señala un especialista.


 
En Argentina hay alrededor de 300 mil enfermos de Alzheimer. La enfermedad se produce con una frecuencia del 2 por ciento a los 60 años y aumenta al 30 a 40 por ciento a los 80 años. Se calcula que esta en tratamiento menos del 10 por ciento de los pacientes.
 
Entre el 6 y el 8 de agosto próximo se realizará en el Hotel Panamericano de la Ciudad de Buenos Aires la II Conferencia de Alzheimer Iberoamérica, la XI Reunión Regional Latinoamericana y del Caribe (ADI) y la VI Reunión Iberoamericana de Asociaciones y Fundaciones de Alzheimer (AIB), encuentros dirigidos a profesionales y familiares de pacientes con esta problemática en donde se analizarán los últimos avances en el estudio del Alzheimer y otras enfermedades afines.
 
Las estimaciones médicas señalan que hay alrededor de 300 mil enfermos de Alzheimer en Argentina. La enfermedad se produce con una frecuencia del 2 por ciento a los 60 años y aumenta al 30 a 40 por ciento a los 80 años, es decir que tiene un aumento exponencial a partir de los 70 años y afecta a más mujeres que hombres. Los especialistas aseguran que se puede dar en gente mas joven pero la frecuencia baja muchísimo. 
 
Según el doctor Ricardo Allegri, presidente del Comité Científico de la Conferencia Internacional e investigador del Conicet, "el diagnóstico en nuestro país es tardío. Los médicos de cabecera en general minimizan muchos de los síntomas iniciales de Alzheimer. Por ejemplo, que alguien se pierda o desoriente en la calle no es normal a ninguna edad, por más que esa persona tenga 90 años. Yo no digo que eso sea Alzheimer, pero algo pasa. Mucha de esa sintomatología el médico general la tolera, no la jerarquiza, con lo cual el diagnostico es tardío. Se calcula que esta en tratamiento menos del 10 por ciento de los pacientes.
 
Por su parte, la presidente de la Conferencia y de la Asociación de Lucha contra el mal de Alzheimer (ALMA), Victoria Rivas, ofrece un testimonio invalorable a la hora de dimensionar el problema y aportar a que mejore la calidad de vida de los pacientes y de sus familiares.
 
"Hace más de diez años,  a mi esposo le diagnosticaron Alzheimer. Eso fue lo que me hizo acercar a la asociación por mi desconocimiento de la enfermedad. No entendía lo que estaba pasando en casa, no me podía comunicar con  él como lo había hecho hacia 25 años atrás. Comencé yendo como familiar a los grupos de apoyo y eso me abrió una mirada diferente. Ya no era él quien me hacia las cosas a mí, sino que era la enfermedad la que lo hacía actuar de esa manera".
 
Rivas agrega que "de ahí la importancia de los grupos de apoyo y de las asociaciones de Alzheimer alrededor del mundo, formadas por familiares y por profesionales. Una cosa es la enfermedad y otra es el enfermo. Una vez que la persona esta diagnosticada, el familiar directo es la victima oculta de la enfermedad. En varias oportunidades hemos visto que fallece primero el familiar sano y luego el paciente. A mayor conocimiento de la enfermedad mayor capacidad vamos a tener para convivir con este ser querido".
 
Su relato personal es categórico: "cuando falta un diagnóstico y se minimizan los síntomas la familia pierde años de discusión en discusión. En  mi caso perdí diez años de mi vida, de la de mi esposo y de la de mi hijo, yendo de consultorio en consultorio. Todo se justificaba. Y por otro lado se tenia la postura que con una persona con demencia no había nada para hacer. En algunas zonas del país todavía no hay médicos especializados en Alzheimer. De ahí la importancia de conocer los síntomas de la enfermedad en un congreso, porque esto es un beneficio para todos".
 
En ese tema, el terapista ocupacional Roberto González, miembro de ALMA, resalta que "el tema es la demora médica, eso que dicen los médicos: "es propio de la edad", como si la vejez fuese sinónimo de disfuncionalidad. Creo que hay cuestiones para abordar y que determinan un enfoque terapéutico, entre que el paciente no muestra y que la familia no pone la mirada en el momento oportuno, y la cuestión médica".
 
Finalmente, Rivas dice que "por mandato cultural el enfermo de Alzheimer es cuidado en su casa. Desde el punto de vista de la salud pública se trata de un costo menos. Sin embargo, no hay en la Ciudad de Buenos Aires un solo lugar para que los pacientes vayan y pasen el día. De hecho, hemos solicitado al Gobierno de la Ciudad que al menos dos de los  25 centros para adultos mayores se especialicen en esta patología y todavía no hemos tenido respuesta. El objetivo de tener espacios gubernamentales a los que puedan concurrir durante el día los enfermos es descomprimir a la familia. Hay menos riesgo y descansa la familia".
 
 
Para más información: www.alzheimer2008.com.ar

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