Por el Día de la Pachamama, tomar té de ruda trae suerte

Sociedad

Si como suele suceder con muchos mitos, donde es cuestión de creer o  reventar, con esta creencia será cuestión de tomar o no tomar.  Es que ayer, con la llegada de agosto, se conmemoró el Día de la Madre Tierra, es decir, la Pachamama, considerada la más popular de las creencias mitológicas del ámbito incaico.

Durante la celebración, varias personas reunidas alrededor de un pozo deben arrojar a la tierra hojas de coca, cigarrillos encendidos y alcohol de maíz, para pedirle favores y efectuar promesas. Es una manera de alimentar a la tierra que luego dará de comer durante todo el año.

Un té de ruda saca las enfermedades, relaja el organismo, y da tranquilidad y bienestar    

 


Pero además hay un ritual que, pese a estar a varios kilómetros de distancia de los centros de celebración (en el Noroeste de nuestro país), se puede adoptar: como el consumo de té de ruda que, como diría la diva de los almuerzos, trae suerte y aleja los maleficios.

“Es una infusión que se reparte a la familia en ayuno, aunque sus beneficios dependen de la espiritualidad de quien lo beba”, explicó a minutouno.com Juan Carlos Torrejón, director de Cultura de Tilcara, uno de los principales centros de esta celebración.


 


No es casual que se elija tomar té de ruda en este mes. Los habitantes del Noroeste argentino lo consideran una fecha “maléfica”, y padecen las consecuencias climatológicas de esta época del año a causa de cambios climáticos bruscos y por la acción del viento Zonda que afectan directamente la salud

Torrejón explicó el mecanismo sanador: “Según lo que nos contaban nuestro abuelos, tomar en esta fecha un té de ruda saca las enfermedades, relaja el organismo, y da tranquilidad y bienestar”.

Para los crédulos y deseosos de buena suerte, la Pachamama puede socorrerlos si más no sea en plena urbe. Sólo deben colocar en una taza tres hojitas de ruda y agregarle agua hirviendo. “Si es serenada, es decir, que estuvo en reposo toda la noche, mejor”, acota Torrejón, que aconsejó beberlo sin azúcar ni aditivos y al amanecer.

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