videntes del amor: hacerse rico a costa de los desengaños
- Se aprovechan del estado vulnerable de quien rompió con su pareja y prometen hacerla regresar en cuestión de horas.
- Cómo funciona este negocio y cuál es el perfil de clientes.
- En diálogo con minutouno.com, una tarotista, dos investigadores de fenómenos paranormales y refutadores de la pseudociencia y una clienta asidua, responden a todos los interrogantes.
Hay tres cuestiones que inciden en la felicidad de una persona: salud, dinero y amor. Sobre ésta última hablaremos en esta nota. Es que el mal de amores es algo que no pasa de moda y que los “videntes del amor” tienen muy en claro a la hora de elegir a sus próximas víctimas.
En DeRemate.com por ejemplo, una vidente que se hace llamar Whoneles promociona sus rituales de unión y retorno de pareja o de amarres sexuales por un precio fijo de $350. El primer hechizo asegura resolver una crisis en la relación sentimental de quien consulte y el segundo promete: “Lograrás que la persona deseada esté a tu lado”.
Whoneles también dice realizar trabajos a distancia. Claro que primero se asegura cobrar por su labor. “Debes depositar el importe en el número de cuenta que te daré al ofertar y enviarme tus datos y los de la otra persona”, pone como condición sin ningún tipo de garantía.
Se abusan de la vulnerabilidad del otro
Ellos garantizan regresar al hombre o mujer perdidos en cuestión de unas horas. Pero si lo más factible es que sus promesas sean mentira, ¿por qué hay mujeres dispuestas a seguirlas?
Mariana (24) no sabe bien por qué lo hace. Casi todas sus consultas son por temas amorosos, preguntando por alguien en especial. Generalmente le tiran las cartas, aunque la última vidente que visitó le leyó la borra de café y le “tiró los garbanzos”.
“Era la primera vez que veía algo así, no sé si sabia de verdad o me 'bolaceaba' porque yo no entendía nada. La verdad que ahora pensando nunca me acertaron mucho el futuro. Esta misma en diciembre me dijo que me iba a poner de novia y todavía lo estoy esperando”, comenta la estudiante de Bioquímica.
Enrique Márquez, consultor de Pensar (revista latinoamericana para la ciencia y la razón), sostiene que recurrir a brujas o videntes habla de una inmadurez psicológica de quien recurre a lo mágico para resolver sus problemas. “Nunca se ha demostrado científicamente que existan facultades de videncia”, añade.
Para Alejandro Agostinelli, editor del sitio Dios!, más que un perfil determinado de clientes existe un estado emocional de vulnerabilidad en común. “La persona está disponible para ser engañada. Es una víctima fácil de un estafador. No sólo tiene que ver con una cuestión cultural sino con el momento que atraviesa”, destaca el también miembro fundador de lo que fue el Centro Argentino para la Investigación y Refutación de la Pseudociencia (CAIRP).
El síntoma de la “profecía autocumplida”
Márquez lo describe como un vaticinio cumplido por el mismo cliente. El investigador de fenómenos paranormales explica que la persona cree que se cumplió algo de lo anticipado por la vidente de turno pero que en realidad lo provocó ella misma.
“Cuando te dicen que hay alguien del entorno que te envidia, eso es típico de ellos, te perseguís y creás conflicto donde no lo hay por sospechas. Y cuando surge el conflicto, entonces le das la razón”, ejemplifica a minutouno.com.
En opinión de Agostinelli, apuestan a la estadística. Es decir, saben que un porcentaje de parejas que rompen, al cabo de un tiempo vuelven a darse otra oportunidad. “Si se arreglan, entonces atribuyen el regreso al poder mágico de una bruja. Y sino, pensarán que el hechizo no fue suficiente. Además, las primeras consultas no las suelen cobrar como para mostrar un símbolo de honestidad”, señala.
Por su parte, Jimena La Torre, una tarotista y astróloga muy consultada en cuestiones de mal de amores, asegura que no hay recetas mágicas pero sí energías que pueden reorientarse. “ No hago hechizos para recuperar al ser amado, esas son estupideces. Pero si la persona está en pleno duelo y no logra afrontar la separación, recomiendo hacer una lista con todo lo malo que tuvieron las parejas anteriores y quemarla con una vela negra como símbolo de duelo. Luego hacer otra lista con las cosas buenas y dejarla en la billetera”, comenta a minutouno.com.
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