Elián Irala fue expulsado al minuto 12 de San Lorenzo vs. Tigre
Nacho Russo le sacó la pelota a Irala. El volante de San Lorenzo lo hizo caer y fue expulsado.
El mediocampista central Elián Irala cometió un grosero error en la mitad de la cancha y, al remediarlo con una falta, fue castigado con la tarjeta roja por parte del árbitro, Yael Falcón Perez.
Tras un tiro libre ofensivo para San Lorenzo, Irala capturó el despeje de la defensa de Tigre, pero se confió, trastabilló con la pelota y, al perder la posesión, se vio obligado a cortar el avance del delantero rival Ignacio Russo, motivo por el cual fue expulsado a los 12 minutos del primer tiempo, cuando el Ciclón ya ganaba por 1-0.
El papa Francisco, presente en el vestuario de San Lorenzo para enfrentar a Tigre
En la previa del partido contra Tigre por los octavos de final de la Copa de la Liga, San Lorenzo dedicó un emotivo homenaje al Papa Francisco, quien siempre se mostró como un hincha fiel del club. El gesto fue compartido en las redes sociales oficiales del club y conmovió a los fanáticos, recordando al pontífice argentino, fallecido el pasado 8 de abril.
El Papa Francisco, nacido en Buenos Aires, siempre expresó su amor por San Lorenzo, club al que siguió desde su juventud. A lo largo de su papado, nunca dejó de mostrar su pasión por el Ciclón, y su figura se convirtió en un ícono dentro de la hinchada.
El partido contra Tigre, que se jugará por los octavos de final del torneo, será clave para las aspiraciones del equipo en la Copa de la Liga. En un contexto tan especial, este homenaje al Papa Francisco no solo fue un acto simbólico, sino también una muestra del vínculo entre la fe y la pasión por el fútbol que el pontífice compartió con el pueblo argentino.
La relación del Papa Francisco con San Lorenzo fue siempre muy especial y estrecha. Desde su juventud, Jorge Mario Bergoglio fue hincha del club, una pasión que nunca dejó de lado, incluso cuando alcanzó el papado. A lo largo de su vida, Francisco expresó en varias ocasiones su amor por San Lorenzo, un amor que compartió con sus amigos, familiares y seguidores. Durante su papado, habló del club con cariño y orgullo, siendo un referente no solo religioso sino también futbolístico para muchos. San Lorenzo, por su parte, siempre lo reconoció como uno de los suyos. A pesar de sus compromisos internacionales, el Papa jamás olvidó su pasión por el Ciclón. Su vínculo con la institución trascendió los límites de lo deportivo, convirtiéndolo en un símbolo de humildad y cercanía con el pueblo argentino, un pueblo que lo consideraba uno de los suyos.
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