Murió Nélida de Miguel, la última asistente y amiga de Eva Perón

Ironía del destino, falleció el día en que se cumplieron 70 años del voto femenino. Tenía una lucidez asombrosa expresada en esos recuerdos que nunca dejó de contar.

"Buen viaje mi viejita hermosa. Las palabras quedan cortas para agradecerte todo el amor y el cariño. Diste todo, ya esta. Anda en paz, este plano ya te quedaba chico. Te pedí que me esperes para poder despedirte, y lo hiciste. Pude decirte todo lo que quería, pude besarte y abrazarte. Fran me pidió que te de un abrazo y te diga que te extraña y lo hice. El dibujo es de Fran también. Te lo di y te dije lo que significaba y resume bastante lo que ella te quería. Me dijo que lo que esta entre vos y ella se llama “el poder del amor” y me hace feliz que ella te ame como lo hizo. Por eso las fotos son con ella. Gracias. Gracias por esta vida. Vuela alto. Hoy una estrella brilla mas fuerte y es por vos. Tuve la suerte de coincidir en esta vida, de ser tu nieto, de no haber dejado pasar un día sin decirte hermosa y de aprender a no perdonarte en el chinchón. Te amo, te extraño y nunca te voy a olvidar.

Hasta mañana…- si Dios quiere.

1920 - ∞"

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Con estas palabras, Juan Ignacio Fortuzzi, su único nieto varón, despedía a Nélida a los 101 años recién cumplidos, la ultima asistente y amiga de Eva Duarte de Perón; "Evita"

Una mujer muy querida en el ambiente político, que llevaba consigo recuerdos que en realidad son un puñado grande de la historia de la mujer mas importante de la Argentina.

Ironías de la vida, su luz se apagó el 11 de noviembre pasado, el día en que se cumplieron 70 años del primer voto femenino. Aquel 11 de septiembre de 1951, más de 3.500.000 nuevas electoras acudieron a los comicios. Representaban a casi la mitad del empadronamiento total. De Miguel fue una de esas mujeres que no solo participó de esa elección, también trabajo codo a codo con su compañera jefa y amiga Evita para lograr, cuatro años antes, que se aprobara en el congreso la decisión de habilitar a la mujer en su condición de electora.

Fue un ser maravilloso, con una lucidez admirable, recordaba momentos especiales de su historia política junto a Eva, y describía con detalles como estaba vestida su "capitana" para la ocasión.

Cuando tuve la oportunidad de hablar con ella, me mostró un tesoro que tiene guardado en un lugar especial de su casa y en el que conviven vestidos, tierra, bustos y otros elementos mas que pertenecieron a su amada jefa.

Sabia y conocía hasta las "mañas" de cada uno de los históricos del "Peronismo" , recuerdo perfectamente cuando me decía: " los que maltratan delante de micrófonos son los que no saben para donde correr y son inútiles para las funciones publicas. Hay que trabajar para la gente y criticar puertas adentro...ahí sí se te puede escapar alguna carajeada"

Ella era así de directa, combinaba relatos dramáticos con una sonrisa picara y convertía esas anécdotas casi como en una travesura. Me contaba la intimidad de sus charlas que tenia con su jefa momentos previos a las reuniones con el General Perón.

Le pedí una o la mejor de sus historia y me relató que aquel histórico 17 de octubre, estaba parada en la puerta de su casa, "No eran épocas de pantalones para mujeres" me dijo, no comprendí el porque de su definición, pero siguió su relato y allí entre en razón; "Eran tiempos donde el respeto a los padres era supremo, pero cuando vi el camión cargado de obreros que viajaban colgados a las barandas de madera, dé pronto sentí que tenia que estar al lado de Eva, sin mirar a Papá, arremangue mi falda con las dos manos, comencé a correr y me trepe a uno de los camiones, desde ese día no me separé nunca mas de Evita" a la hermosa historia le siguió una hermosa sonrisa.

Una mujer que esquivó por mucho tiempo los flayes y las cámaras de tv, y que en los últimos años resigno esa decisión cuando su yerno, "El tano Fortuzzi" comenzó a trabajar en televisión, se convirtió en camarógrafo y la animó para que cuente un poco de esa rica historia.

Una brevísima reseña no sirve para homenajearla, pero vale el recuerdo. Hoy despido a ese último hito viviente que supo conocer los secretos mejor guardados, sonrisas, lagrimas, alegrías, preocupaciones y tristeza de "Evita capitana", su jefa, a quien nunca olvido.

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