Inminente llegada de lluvias a la Ciudad y el Gran Buenos Aires: hora de las tormentas más fuertes
El Servicio Meteorológico Nacional anuncia la llegada de lluvias a la zona del AMBA. Se esperan algunas tormentas fuertes.
Vientos fuertes y algunas lluvias.
Se está acercando la llegada de las lluvias a la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano bonaerense, con algunas tormentas que pueden llegar a ser fuertes según anuncia el Servicio Meteorológico Nacional (SMN).
Una vez que pasen las lluvias, las temperaturas superiores a los 20 grados pasarán a ser un grato recuerdo en la zona del AMBA, porque en los próximos días bajarán las marcas térmicas y volverá el frío polar.
Las lluvias vuelven al AMBA
Las lluvias volverán a la Capital Federal y sus alrededores durante la jornada de este martes 15 de julio, aunque no se descartan que se produzcan lloviznas leves en la noche de hoy.
La mala noticia es que las lluvias se mantendrán durante toda la jornada del miércoles 16 de julio, día en que habrá lluvias fuertes por la mañana y leves hacia la tarde noche.
Una vez que pasen las lluvias, a partir del jueves 17 de julio habrá una fuerte baja en las marcas térmicas, con temperaturas máximas que estarán más cerca de los 10 grados que de los 20 de los últimos días.
Cambio climático en el AMBA: qué consecuencias puede traer
El cambio climático ya no es una amenaza lejana: sus efectos se sienten cada vez más en las ciudades, y el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) no es la excepción. Según expertos y organismos ambientales, el calentamiento global está alterando el clima de la región, con consecuencias que podrían agravarse si no se toman medidas urgentes.
En las últimas décadas, el AMBA viene registrando temperaturas más extremas, lluvias más intensas en cortos períodos de tiempo, y una mayor frecuencia de eventos climáticos extremos, como olas de calor, tormentas severas e inundaciones repentinas.
Calor extremo y olas cada vez más largas
Uno de los efectos más visibles es el aumento de las olas de calor. Según datos del SMN (Servicio Meteorológico Nacional), Buenos Aires triplicó la cantidad de olas de calor en los últimos 50 años. Estos eventos no solo afectan la calidad de vida, sino que también ponen en riesgo la salud, especialmente de adultos mayores, niños y personas con enfermedades crónicas.
Además, el aumento sostenido de la temperatura media anual genera un uso intensivo de energía por el aire acondicionado, lo que tensiona el sistema eléctrico y dispara el consumo de agua.
Más lluvias, pero más violentas
El cambio climático también se manifiesta en la forma en que llueve: lluvias más intensas y concentradas, lo que favorece inundaciones urbanas. En zonas del conurbano con drenaje precario, cada tormenta intensa se transforma en un potencial desastre.
Estas lluvias, además, sobrecargan los sistemas de desagüe y provocan anegamientos en barrios vulnerables, donde el agua puede tardar días en retirarse.
Suba del nivel del río y riesgo costero
Aunque suele pasarse por alto, la suba del nivel del Río de la Plata es otra de las amenazas latentes. Según la ONU, el nivel del agua podría subir hasta 50 centímetros para fin de siglo. Esto podría afectar gravemente zonas ribereñas del sur del AMBA, como Avellaneda, Quilmes, Berazategui y zonas bajas de la Ciudad.
Además, este fenómeno aumenta el riesgo de sudestadas más violentas y erosión costera, con impacto directo sobre viviendas y espacios públicos.
Impacto urbano: más enfermedades y tensión social
El efecto "isla de calor" —el fenómeno por el cual las ciudades son más calurosas que las zonas rurales por el cemento, el asfalto y la falta de vegetación— se intensifica con el cambio climático. En el AMBA, esto ya se traduce en más consultas médicas por golpes de calor, deshidratación y enfermedades respiratorias.
Además, la falta de planificación urbana y la presión sobre los recursos naturales (agua, energía, espacios verdes) podría profundizar desigualdades sociales y económicas entre los distintos sectores de la población.
¿Qué se puede hacer?
Los expertos coinciden en que se necesitan políticas públicas urgentes que incluyan:
- Mayor inversión en infraestructura verde (parques, árboles, techos verdes).
- Mejora del sistema pluvial para evitar inundaciones.
- Estrategias de resiliencia climática en zonas vulnerables.
- Educación ambiental y promoción del uso responsable de recursos.
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