Día del animal: La diferencia entre ser algo y alguien
*Por Dr. Leonardo Jose Sepiurka MV.
Cada 29 de abril se festeja el día del animal, destacando sus valores y los efectos positivos que surgen de la convivencia entre los animales y los animales humanos.
Ese día, precisamente ciento un años atrás - en 1908-, se dictaminó realizar el primer festejo de la "Fiesta del Animal" en el ámbito del Zoológico de la ciudad de Buenos Aires, con la presencia del presidente, ministros y demás funcionarios, y fundamentalmente de casi 20.000 estudiantes, ya que ese era el objetivo. Permitir que los alumnos conocieran aspectos de la vida animal frente a los que allí se encontraban expuestos.
En realidad, a causa de una intensa lluvia se pospuso el encuentro por tres días, para permitir dar un marco acorde al evento.
El orador principal fue el Dr. Ignacio Albarracín, quien presidía
La fecha de su fallecimiento ha llevado a error y creer que esa es la razón del festejo, el que realidad se debe al de la fecha designada para el primer evento.
No cabe duda que el accionar de Domingo F. Sarmiento y la de Ignacio Albarracín marcaron el camino del respeto a los animales, repitiendo en nuestro país lo que ya se hacía desde comienzos del siglo XIX en Inglaterra, y también Estados Unidos.
Lograron promulgar en 1891 la primera ley - conocida como ley Sarmiento- que estimulaba el respeto de los animales, penando los malos tratos que sobre ellos se ejercía.
En 1954 se dicta una nueva ley de protección animal, y es recién en estos últimos años que se generaron normativas en jurisdicciones municipales, provinciales y nacionales que apuntan a atender diversos aspectos del manejo y preservación de las distintas especies del universo que componen el reino animal.
En la primera versión de nuestro código civil- datada en 1871-, los animales fueron considerados cosas en varios de sus artículos- situación que aún persiste- , razón que me lleva a marcar la diferencia entre ser algo o alguien.
El suponer ser alguien implica un reconocimiento y respeto, ya que una serie de trabajos permiten hablar de un mundo de animales conscientes.
Gran parte de las acciones son motivadas por el instinto y por los códigos que llevan genéticamente marcados, pero otras son motivadas por mecanismos que eran sólo reservados para los humanos.
Estos aspectos podrán ser cuestionados, pero indudablemente la conciencia del dolor es un punto que no admite discusión, y la multiplicidad de actos de crueldad que se hacen patentes a través de medios gráficos, audiovisuales e informáticos, revelan hechos aberrantes en diversas especies.
A las masacres de ballenas o lobos marinos se oponen la resistencia de grupos pacifistas y diversas ONG, pero a lo largo y ancho del mundo cada día se desarrollan rutinas que respondiendo a costumbres de grupos étnicos o a las voluntades perversas de mentes enfermas provocan el sufrimiento de muchísimas especies como perros, gatos, aves, y animales de granja o laboratorio, quienes no encuentran límites a su deleznable accionar.
Mientras que desde distintos frentes nos encontramos desarrollando estrategias que permitan frenar la irracionalidad, poniendo como meta lograr el Bienestar Animal de especies domésticas, de granja y silvestres, deberíamos comenzar a pensar si en el delicado equilibrio de las especies no se está produciendo como un boomerang, la venganza del mundo animal.
Un dato para recapacitar: en las últimas décadas se desarrollaron en la población cerca de 40 nuevas enfermedades y en un gran número de ellas el paso por alguna especie animal juega un rol para su diseminación.
La noticia del día es la gripe porcina; la amenaza de epidemia y hasta la pandemia está latente.
Dr. Leonardo Jose Sepiurka MV
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