La foto de Ámbar de Benedectis que sorprendió por su increíble parecido con su madre Juana Viale
El parecido de la joven con su madre y con su abuela, Mirtha Legrand, llamó la atención de sus seguidores, quienes la encontraron igual en sus gestos.
Con una sola imagen, Ámbar de Benedictis logró capturar la atención de todos. Frente al espejo de un gimnasio, se tomó una foto que, lejos de ser una simple selfie, parece condensar una herencia entera. Quienes la siguen en silencio saben que cada una de sus publicaciones dice más de lo que muestra, y esta —la primera en varios meses—se convirtió en motivo de comparación.
Hay algo familiar en la curva de su sonrisa, en esa mirada hacia la cámara y en el perfil de su rostro: todos los rasgos parecen haber sido trazados de la misma manera que los de Juana Viale. El parecido entre madre e hija es innegable.
“Es igual a Juana, pero incluso más parecida que Juana misma”, se lee entre los tantos comentarios que, entre la sorpresa y el asombro, dejaron los seguidores que no pueden evitar formar parte de cada aparición. No hubo respuesta directa; solo la evidencia contundente de la genética.
Las imágenes se presentan en el feed a mode de carrete sin una lógica aparente. En una, la joven aparece entrenando; en otra, un perro se revuelca despreocupadamente frente a sus medias. Luego, una toma mientras conduce; afuera, una nube —vista a través del vidrio— dibuja fugazmente la silueta de un caballo.
En una de las fotos compartidas, el parecido entre Ámbar y las mujeres que la preceden —su madre, e incluso su bisabuela Mirtha Legrand— generan hasta piel de gallina. Bastan unos ruleros y una expresión recogida para encontrar en ella las cuatros generaciones: allí se manifiesta el legado, en ese gesto idéntico que desafía el tiempo y las pantallas.
“A veces me confundo y veo a la abuela en el reflejo”, expresó una seguidora, como si pasado y presente se fundieran en una misma imagen. Los comentarios llegaban como suaves oleadas, todos teñidos de una admiración tranquila. Hay algo ceremonial en esa cadena de likes, una suerte de reverencia compartida.
Entre los mensajes, uno destacó por su simpleza y su carga emocional: Juan de Benedictis, su padre, se sumó al coro digital. Poco habituado a exponerse, ya sea en medios o en redes, esta vez eligió aparecer con un gesto discreto pero lleno de afecto. “Te amo, hermosa”, escribió, como si esa declaración también mereciera ser compartida, aunque solo estuviera dirigida a ella.
Ámbar, quien rehúye de la exposición y nunca busca el protagonismo de forma explícita, volvió a demostrar cómo el interés hacia su figura crece incluso en medio del silencio.
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