The Weeknd estrena "Hurry up Tomorrow", la prueba de que es mejor que se dedique a cantar
"Hurry up tomorrow" ya está disponible en cines y es un desafío visual, pero que no llega a nada por culpa de The Weeknd. Conocé lo bueno y lo malo de este film.
Foto: (BF París)
Si bien a lo largo de la historia, varios artistas musicales ampliaron su recorrido artístico pasando del escenario a la actuación, muchas veces esto termina siendo un riesgo y The Weeknd es la prueba más clara. Lo cierto es que el cantante, en su tercer intento por acercarse al cine, vuelve a fallar con "Hurry up Tomorrow: más allá de los reflectores". Pero no por la historia, sino por lo inverosímil que termina siendo su actuación y su forma de encarar un personaje que no tiene sentido ni realidad y choca con el pudor ajeno.
No es que su popularidad no lo habilite a tener un espacio en la pantalla grande, ciertamente, pero hay un claro error que marca el ritmo de la película: está al lado de dos grandes de la actuación como Barry Keoghan y Jenna Ortega. Además, claro, la participación de Trey Edward Shuls, un director joven que justificaba cierta curiosidad por la película, ha terminado de arruinar un poco las expectativas. Es que, en definitiva, él aplicó en tan solo un lapso de historia, todo lo aprendido en la academia de cine, desmoronando lo que podría haber sido un éxito.
La película cuenta la historia de un músico pop muy popular, que se llama Abel (que también es el verdadero nombre de The Weeknd detrás del seudónimo: Abel Tesfaye), quien atraviesa una depresión causada por la ruptura de un vínculo de pareja. En plena crisis, Abel abandona un show por la mitad y se cruza con Anima, una fan con la que intercambiaron miradas intensas antes de que él huya del escenario.
El guión, que está coescrito entre Tesfaye y The Weeknd, es una clara transcripción característica de ego trip que tiene dos centros de atención: el estado vulnerable de Abel y el círculo vicioso de explotación que gira a su alrededor, corporizado en la figura de su manager, interpretado por el eficiente Barry Keoghan. A su vez, en lo que respecta a la destrucción emocional, la figura de Anima, interpretada por la reina Jenna Ortega, es una sintonía destructiva que justifica la conexión que surge entre ellos, pero no va mucho más allá.
Es decir, en palabras sencillas, Jenna y Barry se encargaron de darle la realidad que le faltaba a esta cinta en la que el punto de quiebre parece no llegar nunca. El tono sombrío no es realista y parece que está cocinada a fuego lento dejando toda la leña del asador para el final. Es una constante pesadilla de tramos intensos y una mala actuación de The Weeknd que no justifica el uso de recursos de un solo plano o del talento actoral de Barry Keoghan y Jenna Ortega. En definitiva, es necesario que el cantante permanezca donde mejor sabe desarrollarse: arriba de un escenario.
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