La NASA investiga un fenómeno sinigual en el Sistema Solar
Las sondas Voyager acaban de enviar información desde una región jamás explorada, y lo que encontraron dejó a los científicos sin palabras.
La NASA investiga un fenómeno sinigual en el Sistema Solar
La ciencia espacial acaba de sumar un nuevo capítulo de asombro. Desde el centro de operaciones de Houston, la NASA confirmó que sus sondas Voyager detectaron un fenómeno nunca antes registrado en el límite más lejano del sistema solar. Las temperaturas extremas, los cambios magnéticos y la alteración del viento solar dieron lugar a una señal clara: las naves cruzaron hacia una región completamente desconocida.
Todo comenzó en 1977, cuando las Voyager 1 y 2 fueron lanzadas con la misión de explorar los confines del sistema solar. Cuatro décadas después, no solo cumplieron con creces esa tarea, sino que llegaron más lejos de lo imaginado. Fue allí donde toparon con lo que los científicos llaman la “pared de fuego”, un punto en el que las condiciones cambian drásticamente y abren la puerta al espacio interestelar.
La región a la que ingresaron está más allá de la heliopausa, una frontera que separa la influencia del Sol del resto del universo. Lo que comenzó como una travesía para observar planetas terminó convirtiéndose en el experimento más ambicioso del conocimiento humano sobre el espacio profundo.
Descubrimiento de un fenómeno anómalo
Lo que hace único este hallazgo es que las Voyager lograron traspasar la heliosfera, esa burbuja formada por el viento solar que protege a nuestro sistema de las partículas externas. Al cruzarla, ingresaron a un entorno donde:
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El viento solar pierde fuerza.
Las partículas interestelares dominan el entorno.
El calor aumenta hasta alcanzar entre 30.000 y 50.000 grados Kelvin.
El campo magnético cambia de dirección, aunque mantiene un patrón paralelo.
Este nuevo escenario, que antes solo era teoría, se reveló gracias a los datos que ambas sondas siguen enviando a pesar de estar a miles de millones de kilómetros de la Tierra. Es la primera vez en la historia que la humanidad accede a información de este tipo.
Voyager 1 y 2: las claves del fenómeno sin precedentes de la NASA
La Voyager 1 cruzó la heliopausa el 25 de agosto de 2012 y su gemela, la Voyager 2, lo hizo en 2018. Estas sondas, impulsadas por energía nuclear, no solo resistieron el paso del tiempo, sino que ampliaron de forma definitiva los límites de nuestro entendimiento del cosmos.
Este descubrimiento no solo aporta información científica de valor incalculable, sino que también refuerza la idea de que la exploración espacial aún está en su infancia. Lo que hay más allá de la heliopausa es solo el comienzo. Y las Voyager, más de 45 años después de su lanzamiento, siguen marcando el camino.
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