Cristina Manzanares sabía nadar, pero no era fanática de la pileta. Es
más, tenía demasiado frío, y a pesar de veranos asfixiantes, prefería
quedarse afuera. El 1 de febrero de este año, la encontraron muerta en
la pileta de la casa que alquilaba en Cardales. La mujer alquilaba una
casa mientras construía otra para instalarse de forma definitiva. En el
mismo terreno funcionaba la casa del dueño. La pileta era parte del
terreno del dueño, y no de la inquilina. La justicia calificó el caso
como "Averiguación de causales muerte", y trazó una hipótesis de muerte
accidental. Pero la familia de Manzanares duda y propone indicios para
investigar. Manzanares le había contado a sus tres hijos, Ana Laura,
Nicolás y Mariano que el dueño de la propiedad la había acosado
sexualmente y que ella quería mudarse lo antes posible. El día de la
muerte, llovió de forma torrencial. Para la familia, Manzanares fue
asesinada y montaron la escena de un accidente. Aseguran que en ese
disfraz, colocaron un cigarrillo de los que fumaba Manzanares al lado de
la pileta. También se encontró un par de zapatillas que usaba poco, y
un par de lentes. Todo al lado de la pileta. A pesar de la lluvia
intensa, sostiene la familia, el cigarrillo apenas se mojo, y sólo por
el pasto húmedo, no por la caída directa del agua. La familia pide que
se investigue el caso como un homicidio y que el dueño del terreno de
explicaciones. Mientras tanto, el misterio de la pileta sigue, y no se
sabe aún cómo murió Cristina. Según los hijos, tenía signos de haber
sido golpeada fuera del agua, para luego plantar el cuerpo en la pileta.
Para colmo, la sangre de la víctima y su remera desgarrada, no
aparecen. Eran dos pruebas vitales para saber qué pasó.
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