La tensa relación entre el nuevo Papa y el kirchnerismo

Política

Desde los inicios del gobierno del ex presidente Néstor Kirchner hubo fuertes cruces entre los mandatarios y Jorge Bergoglio. Siempre buscaron conciliar, pero fueron más los desencuentros que los puntos en común.

La relación tensa entre el nuevo Papa Francesco I -Jorge Bergoglio-, y el kirchnerismo tiene su historia. Desde el comienzo, el ahora ex arzobispo de Buenos Aires tuvo fuertes cruces con los gobernantes y Cristina Fernández no acudió a sus tradicionales misas de Semana Santa. Aunque nunca hubo una ruptura definitiva y se buscaron reuniones de acercamiento a lo largo de la década, fueron más los desencuentros. 

Fueron reiteradas las acusaciones desde el oficialismo tildando a Bergoglio de "opositor" ante sus  habituales llamados al "diálogo" y a "evitar la crispación institucional". Aunque luego de su asunción Néstor Kirchner se reunió con el ex arzobispo, un año más tarde ya comenzaban los cruces entre ambos. 

En el Tedeum por el 25 de mayo de 2006, ante el entonces presidente, Bergoglio cuestionó la polarización y la pobreza. También es recordada la misa de Corpus Christi de 2007 cuando –previo a las elecciones a jefe de gobierno porteño- el ex cardenal hizo una misa en la Catedral Metropolitana en la que exhortó al Gobierno Nacional a dialogar con la oposición. Aníbal Fernández –por entonces jefe de Gabinete nacional- lo acusó de hacer política desde la Iglesia. 

Sin embargo, antes de finalizar su mandato, Néstor Kirchner supo mantener una respuesta diplomática ante cada consulta sobre el tema: "Podremos estar en desacuerdo, pero somos de la misma grey; él es mi pastor".

La relación con Cristina Fernández fue más ambigua. Se reunieron a poco de su asunción, pero siempre mantuvieron distancia y diferencias, y uno de los puntos más conflictivos fue la aprobación del matrimonio igualitario promediando el año 2010. En ese entonces, Néstor Kirchner y Bergoglio cruzaron acusaciones. El ex presidente decía que la Iglesia presionaba senadores para rechazar la propuesta y los tildó de "oscurantistas", mientras que el referente eclesiástico devolvía con la misma moneda y llamaba a "una guerra de Dios" contra la ley que finalmente fue aprobada. 

El ex arzobispo también tuvo palabras para el kirchnerismo en el Tedeum por el bicentenario –en 2010- cuando reclamó acabar "con la confrontación" y pidió que los legisladores se preocuparan por la seguridad y la pobreza, y no con cuestiones que afectan a la familia y la sociedad –en alusión al matrimonio igualitario-. Un año antes, en medio del conflicto con el campo, fueron muy cuestionados desde el oficialismo los encuentros de Bergoglio con Julio Cobos –pocos días después de su voto "no positivo"- y con la cúpula rural. Por entonces, le exigió un "gesto de grandeza" a la presidente. 

Otro de los ejes que diferenciaron al kirchnerismo de Bergoglio fue la pobreza. En numerosas ocasiones la presidente Cristina Fernández cuestionó a la Iglesia por no hacer nada en ese rubro, mientas que Bergoglio respondió –en ocasión de la peregrinación a Luján de 2009- que "la Iglesia mira a todos sin distinción, pero se viene ocupando desde hace mucho tiempo de los hermanos más pobres" a la vez que recordó la "violación a  derechos fundamentales" en la Argentina.

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