La Libertadores, eterna cuenta pendiente de Julio César
El torneo continental parece ser la piedra en el zapato del actual entrenador de Boca, que como jugador ya había perdido tres finales y que ante Corinthians volvió a quedar en la puerta de la consagración.
En la primera, el verdugo fue el Argentinos Juniors de Claudio Borghi, que lo derrotó en un tercer partido que tuvo que jugarse por haber empatado en el mano a mano ida y vuelta. Al año siguiente, el que le iba a negar la chance fue River, que terminó consagrándose en el Monumental de la mano de Héctor "Bambino" Veira.
Finalmente, en 1987, Falcioni arribó con la esperanza a cuestas para romper la maldición a la final ante Peñarol, que nuevamente le iba a negar la chance de festejar en un desempate en el que lo derrotó por 1 a 0 en Santiago de Chile.
Uno de los compañeros y más fieles laderos de Falcioni en ese recordado equipo colombiano que ganó cinco torneos locales pero que no pudo conquistar América, fue nada menos que Ricardo Gareca, actual entrenador de Vélez Sarsfield.
Esta noche, la derrota lo volvió a golpear duramente, esta vez como entrenador. Su equipo cayó contundentemente ante Corinthians por 2 a 0 en la vuelta de una nueva final y lo dejó, otra vez, con las ganas de levantar un trofeo que ya se transformó en su verdadero karma.
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