Selva encaró a Tato por el robo de La Tana en Gran Hermano: "Me sorprende de vos"
La uruguaya cuestionó a su compatriota y a Luz Tito por su silencio ante la desaparición de su imagen religiosa, en medio de una pelea que parece no tener fin.
La tensión sigue creciendo dentro de la casa de Gran Hermano y esta vez fue Selva Pérez quien tomó el centro de la escena con una dura acusación hacia sus compañeros Santiago "Tato" Algorta y Luz Tito.
En una charla a corazón abierto, Selva los enfrentó por lo que considera una burla a su fe. “¿Qué opinan de que no me devuelvan la Virgencita? Pregunto por la amistad de ustedes con La Tana. Hay cosas con las que no se juegan. Festejar esas cosas no está bueno, me llamó la atención de vos, Santiago”, lanzó con tono firme, visiblemente dolida por el silencio de ambos frente a la desaparición de su imagen religiosa.
El conflicto remonta al desafío de las 24 horas atadas, en el cual Selva, Katia “La Tana” Fenocchio y Sandra Priore compartieron tiempo forzadamente en pareja. Desde el inicio, Selva buscó provocar a sus compañeras, en especial a Katia, que no tardó en estallar.
A diferencia de Sandra, que logró mantener la calma, La Tana reaccionó con insultos, se quebró emocionalmente y terminó llorando en la sala de stream. “Ella fue quien se metió con su religión primero”, dijo Katia más tarde para justificarse, en una conversación privada con Tato y Luz, donde además se mostró conforme con el resultado del cruce: “La desestabilicé emocionalmente”.
Pero lo que era una pelea más entre participantes tomó otra dimensión cuando Selva notó que su Virgencita ya no estaba en su lugar. Conmovida y entre lágrimas, fue al confesionario y pidió con desesperación que se protegiera su imagen: “Solo te pido que cuides que no se vaya a perder y que no se vaya a romper. Después... que aparezca cuando tenga que aparecer. Solo pido que no la hayan tirado a la basura, fijate”. El objeto no apareció y, al menos por ahora, nadie se hace cargo.
La uruguaya siente que algunos compañeros no solo fueron cómplices del silencio, sino que hasta celebraron lo ocurrido. Por eso eligió a Tato y Luz para hacerlos responsables, no por lo que hicieron, sino por lo que callaron.
En un juego donde todo se magnifica, la fe también entra en disputa, y lo que para algunos puede ser una estrategia o un juego, para otros es una línea que no debe cruzarse. Selva, firme en su postura, ya dejó claro que hay cosas con las que no se jode.
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