La violencia sindical se cobró otra vida

*La batalla campal que se produjo en la sede de Quilmes del sindicato de la cosntrucción UOCRA, reaviva el debate sobre el accionar de ciertos grupos gremialistas.

Un hombre asesinado y otros dos detenidos fue lo que dejó la batalla campal entre gremialistas del sindicato de la construcción (UOCRA) ocurrida ayer en la sede sindical ubicada en Quilmes, en el sur del conurbano bonaerense.
 
Pablo Donato Molina, partidario de la actual conducción local de la UOCRA y de la central sindical a cargo de Gerardo Martínez, recibió un "puntazo" durante la pelea y murió minutos más tarde, informaron fuentes policiales.

Los voceros señalaron que en principio fueron detenidas cuatro personas, entre ellas uno de los jefes de la barrabrava del club Quilmes, que luego fue liberado junto otro sospechoso.
 
El episodio comenzó aproximadamente a las 11.30 de ayer, cuando móviles de la Policía bonaerense llegaron a la sede de la UOCRA, ubicada en Primera Junta, entre Lavalle y Moreno.

Allí se encontraban reunidos 30 integrantes del gremio con el titular de la seccional, Juan Olmedo. En ese momento, llegó el líder de la oposición José Luis Sosa, en compañía de varias personas, y todos los que se encontraban en el lugar se dirigieron a la calle y se generó una batalla campal entre los dos grupos.

 En ese marco un hombre con un arma blanca hirió a Molina en el tórax, lesión que minutos más tarde le causó la muerte.

Además, fue incendiado un automóvil Peugeot 504 color rojo, que sería propiedad del acusado de la muerte de Molina, delegado sindical de la UOCRA.

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