Rusia terminó el montaje inicial de una fábrica de municiones en Venezuela
La instalación, que se encuentra ubicada en la ciudad de Maracay, inició su construcción hace 19 años.
Nicolás Maduro y Vladimir Putin
Rusia y Venezuela pusieron en marcha la primera etapa de la planta de producción de munición para fusiles de asalto Kalashnikov. La instalación, que se encuentra ubicada en la ciudad de Maracay (Aragua), inició su construcción hace 19 años.
La planta está diseñada para producir cartuchos del calibre 7,62×39 mm, utilizados por los rifles de asalto Kalashnikov AK-103, que integran el arsenal de las Fuerzas Armadas venezolanas.
El director ejecutivo de Rostec, Oleg Yevtushenko, destacó a través de un boletín de prensa la importancia de este proyecto, señalando que próximamente se prevé la puesta en funcionamiento de otras instalaciones de producción, como la fábrica de fusiles de asalto Kalashnikov AK-103, que también estará ubicada dentro del mismo complejo industrial donde se produce la munición y que serán operadas por la Compañía Anónima Venezolana de Industrias Militares (CAVIM).
Esta planta garantizará un ciclo completo de producción de cartuchos y fusiles de asalto Kalashnikov en Venezuela, destinados a las Fuerzas Armadas Nacionales Bolivarianas y fuerzas del orden. “Este es un paso importante en el desarrollo de la cooperación tecnológica con nuestro socio clave en Latinoamérica”, afirmó Yevtushenko.
De acuerdo con lo declarado a los medios de comunicación venezolanos durante el recorrido por las nuevas instalaciones, cada línea de producción tiene la capacidad de producir decenas de miles de cartuchos por turno. El programa de pruebas realizado en la estación de control y pruebas confirmó la calidad de los productos fabricados y su conformidad con las características declaradas.
Además de las líneas de producción de munición, las compañías rusa y venezolana también han puesto en funcionamiento un edificio de destrucción de residuos, almacenes para componentes de munición, un campo de tiro para realizar pruebas de los cartuchos con bala trazadora (con un área de trabajo de 210 metros), así como un depósito de fuego y otras estructuras auxiliares.
“A pesar de las sanciones contra Rusia y Venezuela, logramos avanzar en este proyecto estratégico. Es una muestra de nuestra capacidad de cooperación tecnológica y militar”, expresó Alexander Mikheev, director general de Rosoboronexport.
Por su parte, Oleg Yevtushenko, director ejecutivo de Rostec, anticipó que en etapas futuras se pondrá en marcha la línea de producción de los fusiles AK103, completando así un ciclo integral de fabricación de armamento en territorio venezolano.
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