¿Los Pumas tienen más pasión que los jugadores de fútbol?

Que difícil es comparar, cuando al momento de criticar el tema en cuestión es la Selección Argentina, en cualquiera de sus categorías deportivas. Esta vez, el tema principal pasa por la de rugby y por la de fútbol.

Más difícil se torna la cosa, cuando una de ellas viene totalmente en alza y la otra no pasa por su mejor momento con la gente. Pero hay atenuantes que van más allá de los momentos, sino que apuntan más al fondo de la cuestión.

Desde hace cinco años el vínculo hincha – Selección de fútbol se quebró, y nunca volvió a ser el mismo, a pesar de ser uno de los equipos más respetados y poderosos del mundo, a pesar de haber alcanzado dos finales de Copa América, y una medalla de oro en un Juego Olímpico, el dolor y el impacto por la eliminación en aquella primera ronda de Corea – Japón en 2002, marcó un antes y un después, y desde ese momento, cualquier traspié es bueno para la crítica.

En la otra punta, Los Pumas, que no paran de crecer en la consideración popular desde el Mundial de Gales 1999, con ese emotivo triunfo ante Irlanda, con una garra y amor propio que erizaba la piel de quien estuviera frente al televisor.  Y ahora se sumó un hito más, que fue quizás, el triunfo más importante de un combinado nacional: la victoria frente Francia, en su casa, y en la apertura de un Mundial, que logró algo increíble: que un país sin tradición rugbística sólo hablara de ellos y se emocionara junto a ellos.

Ahora, uno de los puntos base en los últimos tiempos para diferenciar a ambos equipos, tiene que ver con la pasión, el amor por la camiseta, el sentimiento con el que unos y otros representan a la Selección.

Ver a Los Pumas entonar con tanta euforia el himno nacional, jugadores emocionados hasta las lágrimas nos lleva a un interrogante: ¿Será qué los jugadores de rugby tienen más pasión por la camiseta albiceleste? Una respuesta acorde estaría más asociada a ese espíritu amateur que sobrevuela sobre los jugadores argentinos, ese espíritu de amistad que se forja desde los terceros tiempos luego de cada partido, algo a lo que se acostumbran desde muy chicos.

¿Por qué no se ve ese sentimiento en los jugadores de fútbol? Incluso es natural que se vea por televisión jugadores que no saben el himno o incluso no lo cantan, mientras lo que están haciendo es masticar chicle

¿Será entonces que habrá que cambiar las fuentes, e imitar las tradiciones y formas de un deporte que está mutando de elitista a popular?

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